Las exportaciones de madera aserrada de roble rojo procedente de Estados Unidos se incrementaron considerablemente en 2007. Según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), las ventas a la Unión Europea crecieron más de un 77% con respecto al año anterior. Sólo en España se pasó de 1.111 m3 en 2006 a 5.998 m3 en 2007. La pregunta es: ¿A qué se debe este éxito?
El roble rojo pertenece a la familia de las frondosas y representa hasta un tercio de la superficie forestal estadounidense, por lo que existe suministro suficiente para atender la demanda actual. Recibe su nombre del color de las hojas del árbol en otoño, puesto que su duramen varía del rosáceo al rojo pálido o marrón claro. Es una madera semipesada, medianamente nerviosa, semidura y no presenta problemas en el mecanizado. La Federación Española de Pavimentos de Madera (FEMP) asegura que se puede utilizar tanto en carpintería interior, como en chapas decorativas, mobiliario, ebanistería y para fabricar tableros contrachapados.
Es, en definitiva, una especie robusta y resistente, pero fácil de trabajar. La American Hardwood Export Council (AHEC), institución encargada de vigilar las exportaciones, afirma que su resistencia se sitúa «justo por detrás» del roble blanco -de apariencia similar, pero con el veteado menos pronunciado-, aunque reconoce que en ambientes húmedos aguanta peor que éste y requiere un tratamiento protector.
Versatilidad
Desde el pasado año, la AHEC respalda una campaña informativa acerca del roble rojo. A través de la misma, destaca como una de sus cualidades más atractivas su versatilidad, «al ser una especie adecuada para muchas aplicaciones», a la vez que su disponibilidad asegura una continuidad en el suministro y a precios «muy competitivos».
Es una especie apta para mobiliario, ebanistería, suelos, piezas macizas o productos laminados
En mobiliario y ebanistería, recuerda que se puede optar por piezas macizas y productos laminados o chapados, ya que esta especie se revela como un material fuerte, fácil de trabajar y con un veteado peculiar que admite el teñido o acabado en diferentes colores.
Si se opta por colocar roble rojo en suelos, esta especie aporta una nota de color, gracias a su tono rosáceo; durabilidad, debido a su resistencia a la compresión y al impacto, y buena respuesta al desgaste y envejecimiento. Admite el lijado, pulido y barnizado para recuperar su apariencia. Además, apenas presenta dificultades para el clavado y atornillado en carpintería.
La producción de roble rojo aumenta cada año. Es la especie con mayor disponibilidad en Estados Unidos, donde, desde hace casi un siglo, ocupa el primer puesto en carpintería, ebanistería y pavimentos. Su crecimiento es tal, que “muchos miles de aserraderos pueden ofrecer madera aserrada de esta especie en una amplia gama de grosores y calidades” muy apropiadas para puertas, molduras, mobiliario, arquitectura y carpintería interior.
En este sentido, el material de peor calidad se reserva para palés y embalajes (al menos la tercera parte de la producción), mientras que las calidades medias y superiores se utilizan para suelos, mobiliario, carpintería y ebanistería.
Por estos motivos, su importancia en el mercado internacional crece de manera progresiva, así como la demanda, especialmente en China. En Europa, las importaciones de roble rojo son aún “relativamente pequeñas” debido a la preferencia por el roble europeo, que está “bajo una presión en aumento a medida que crece la demanda” frente a la “gran disponibilidad” del roble rojo, insisten sus defensores.