La presencia de un teléfono en la habitación es bastante habitual en los hogares modernos. La colocación de un terminal antiguo introduce una variante de diseño que proporciona calidad y valor al estilo de la estancia. Este artículo detalla la relación entre teléfonos clásicos y vintage, los modelos y precios de estos aparatos y también las desventajas que su uso implica.
Teléfonos clásicos y estilo ‘vintage’
Un teléfono antiguo es capaz de proporcionar al dormitorio un efecto vintage. Bien acompañado, este objeto dota a toda la estancia de las características de ese estilo: calidad, historia, valor material y exclusividad. Estos aparatos clásicos, al igual que este estilo en el diseño y la decoración, se han puesto de moda en los últimos años.
No es imprescindible que el teléfono antiguo funcione: puede solo ejercer un rol decorativo
En el mercado se pueden conseguir antigüedades auténticas y réplicas. Entre las primeras, se venden tanto aparatos en funcionamiento como otros que ya solo pueden cumplir un rol decorativo. En cualquier caso, la evocación de un pasado visto innumerables veces en fotos y el cine clásico hace que merezca la pena su adquisición.
El estilo vintage recupera elementos del pasado y los integra en los diseños actuales, tanto en la decoración como en el mundo de la indumentaria y en otros ámbitos. Su irrupción ha abierto múltiples posibilidades, en particular al generar contrastes entre esos objetos y los modernos. Eso es lo que se intenta aprovechar.
Teléfonos antiguos: modelos y precios
Los teléfonos antiguos se pueden clasificar en dos grandes grupos. Por un lado, hay aparatos grandes, con forma de prisma rectangular, que se colgaban en las paredes (como los teléfonos de cabina). Por otro, los pequeños, más modernos, preparados para situarse sobre una mesa. Son estos últimos, claro, los más idóneos para el dormitorio, ya que se pueden ubicar en la mesilla de noche. Los primeros quedan reservados para que las mentes más creativas decidan en qué pared colgarlos y de qué manera combinarlos con el resto de la decoración.
Las réplicas de teléfonos antiguos son una buena alternativa, porque son mucho más baratas y funcionan a la perfección, no como muchos originales
Las tiendas de antigüedades ofrecen muchos modelos originales y en funcionamiento. Los más comunes son los teléfonos de baquelita o de cobre, que datan de los años cuarenta. Algunos comercios especializados ofrecen incluso la opción de rastrear ejemplares que en un determinado momento no estén disponibles en el mercado. Los precios son muy variables, pero en general estas piezas en funcionamiento no bajan de los 100 euros.
El hecho de que el teléfono no funcione y solo sirva como elemento decorativo reduce su costo (en promedio, a la mitad). La variedad es inmensa. Se pueden encontrar teléfonos de cuernos de cobre de los años treinta desde 75 euros. También modelos de origen danés, con cuerpo de metal y timbre de doble campana, del año 1900, teléfonos que tenían una particularidad: solo servían para recibir llamadas. Su precio actual, 220 euros. Otros originales más onerosos tienen carcasa de madera o hierro con manivela y auricular de baquelita y su coste ronda los 300 euros.
Si lo que se desea es dar un toque decorativo a la estancia, no es imprescindible que el teléfono antiguo sea auténtico. Existen en el mercado numerosas réplicas de los modelos que acompañaron a generaciones del pasado, cuyo precio es, desde luego, mucho más reducido. Y, además, presentan la ventaja de que funcionan a la perfección, sin los problemas que, debido al paso del tiempo, arrastran los originales. Estas réplicas incluyen botones (y a veces luces) en lugar de los viejos discos de marcado, para facilitar su utilización. Vienen en distintos colores, para elegir el que mejor combine con la decoración del resto del dormitorio.
Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones los teléfonos antiguos originales no se pueden instalar de un modo directo a cualquier línea, debido a que no están preparados para la actual tecnología de telecomunicaciones. Aunque el aparato esté en condiciones de funcionar, su dispositivo interno ha sido elaborado para trabajar con el viejo sistema de marcación por pulsos (analógico) y no para la marcación por tonos multifrecuencia (digital), que es la de los teléfonos actuales. Por tal motivo, será necesario efectuar una adaptación, tarea que no siempre resulta sencilla.
Otro inconveniente lo representa la calidad del sonido, que en general es más baja, en particular si los cables no se han conservado en buen estado. Además, el auricular es más pesado (y, como es obvio, no hay modelos inalámbricos).
En resumen, el teléfono antiguo constituye una excelente alternativa de diseño, aunque no tanto para ejercer la tarea para la cual fue creado: hablar con alguien a distancia. En todo caso, si se desea tener uno de estos terminales en funcionamiento, es aconsejable que haya en la casa al menos otro aparato, más moderno y con menos probabilidades de dar problemas.