Tipos de aperturas y materiales para ventanas

Los modelos varían según funcionamiento, prestaciones, mantenimiento, iluminación y ventilación
Por EROSKI Consumer 27 de junio de 2006
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Imagen: PEDER FUGL

Los mecanismos de apertura para las ventanas son muy diversos, así como los materiales. Cada modelo tiene unas peculiaridades en cuanto a funcionamiento, prestaciones, iluminación, ventilación y mantenimiento. De madera, pvc o aluminio, oscilobatiente o corredera. Para decantarse por uno u otro tipo de cerramiento, se debe tener en cuenta el espacio disponible para su apertura, las características climatológicas de la zona donde se ubica la vivienda y el coste de cada modelo.

Un sistema de apertura para cada necesidad

Las ventanas tradicionales cuentan con apertura practicable o batiente, de manera que al abrirse las hojas giran sobre un eje vertical que se sitúa a uno de los lados de la ventana, donde están las bisagras. Este tipo de ventanas son muy cómodas, fáciles de limpiar y no requieren un gran mantenimiento. Además, aportan una gran luminosidad y una excelente ventilación, ya que se pueden abrir por completo. El principal inconveniente es que las hojas se abren hacia el interior, por lo que ocupan espacio.

Respecto a las basculantes o batientes, su principal característica es que, al abrirse, oscilan sobre un eje horizontal central. Son fáciles de limpiar y suponen una gran ventilación y luminosidad. Sin embargo, al estar abiertas ocupan bastante espacio tanto en la parte exterior, como en la parte interior.

Uno de los sistemas de apertura más utilizados en los últimos años es el oscilobatiente. Su estructura permite abrir las hojas tanto en modo oscilante, como batiente. Son cómodas y fáciles de limpiar, y permiten el paso de una buena luminosidad y ventilación. Su principal problema es que el mecanismo de apertura es algo complejo y, por tanto, más propenso a averías.

Uno de los sistemas de apertura más utilizados en los últimos años es el oscilobatiente

Algunas ventanas se abren al oscilar sobre el borde superior. Su mayor ventaja es que ocupan poco espacio al abrirse, lo que permite una buena ventilación, pero la limpieza de la parte exterior puede ser difícil y obstaculizan la línea de visión.

Las ventanas de celosía, por su parte, están construidas con lamas horizontales que pivotan de forma conjunta. Este tipo de ventanas son cómodas de usar y fáciles de limpiar. Además, ocupan poco espacio, lo que permite una buena luminosidad y ventilación. Respecto a los inconvenientes, el mecanismo que hace pivotar las lamas tiende a atascarse con el paso del tiempo y deja pasar aire entre éstas, aunque estén cerradas, por lo que no son un buen aislante.

En cuanto a las ventanas pivotantes, éstas giran alrededor de un eje central que se sitúa de manera horizontal en el centro de la hoja. Este tipo de ventanas se utiliza mucho en edificios de oficinas.

Uno de los sistemas de apertura más antiguos son las ventanas de guillotina. Éstas se dividen en dos hojas, una sobre la otra. La hoja de la parte baja se desliza de forma vertical y se coloca paralela a la superior, donde se sujeta mediante unos anclajes.

Por último, las ventanas correderas están divididas en dos hojas que se desplazan de forma horizontal para colocarse una sobre otra. Al estar abiertas, ocupan el mismo espacio que cerradas, pero sólo se pueden abrir hasta la mitad, por lo que la ventilación es menor. Además, el eje central de la ventana supone un obstáculo visual y la limpieza por la parte exterior es complicada, siempre que las hojas sean fijas y no se puedan desencajar del marco.

Ventanas de madera, aluminio o PVC

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De aspecto cálido y acogedor. Hasta hace unos años, la madera era la reina indiscutible en la fabricación de ventanas. No en vano, es el material más natural. La madera regula la humedad en la vivienda, lo que permite que las paredes transpiren del interior hacia el exterior. Es un buen aislante y puede albergar cualquier tipo de cristal. No obstante, es el material que más cuidados requiere. Es sensible al sol y a los microorganismos (insectos y hongos) y se deforma con la humedad. Por ello, no se aconseja su instalación en viviendas o construcciones ubicadas en zonas propensas a fuertes vientos y lluvia.

El PVC es un material versátil, duradero y muy moldeable

Respecto al aluminio, es un material dúctil, resistente a los cambios de temperatura y reciclable. Gracias a las nuevas técnicas de fabricación, los nuevos perfiles soportan un doble acristalamiento. Al ser un material poco poroso, se puede lacar con facilidad y es una buena opción si la ventana tiene que soportar el sol durante muchas horas al día, ya que su dilatación es muy baja y transmite la temperatura muy bien. En cambio, su uso no está recomendado en zonas costeras porque el salitre puede atacar la laca y el propio aluminio.

El PVC (policloruro de vinilo) es un material versátil, duradero y muy moldeable. Tiene una buena capacidad de insonorización (reduce la contaminación acústica) y aislamiento. Resiste bien el frío y el aire, por lo que es muy apropiado para zonas frías. Su mantenimiento es muy sencillo, ya que es lavable, y las ventanas fabricadas con este material se adaptan a cualquier espacio y tendencia decorativa, gracias a una amplia gama de colores que, incluso, imitan la madera. No obstante, su precio es más elevado, no se recicla con facilidad, por lo que tiene un coste ecológico alto, y en caso de incendio no arde, sino que se consume y genera gases muy tóxicos.

Las ventanas que combinan aluminio con madera son las más novedosas. Aúnan la presencia estética de la madera y la resistencia de las ventanas de aluminio. Su principal ventaja es una mejor resistencia a factores atmosféricos adversos.

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