La versatilidad y utilidad que ofrecen algunos muebles hay que aprovecharla, ya que hay elementos que no tienen por qué limitarse sólo a un ámbito de la casa, sino que tras un buen proceso de reciclado es factible darles nuevos usos en ambientes diferentes.
Este es el caso de ciertos galanes que, naturalmente, tienen la finalidad de ser usados en una habitación como lugar donde poder dejar la ropa que ya ha sido utilizada sin arrugarla y sin originarle vicios o malformaciones como las que se pueden causar en ciertos colgadores. Sin embargo, estos galanes pueden ser reconvertidos en unos espléndidos toalleros para el baño si se les lija y se les aplica una mano de barniz o de pintura de acuerdo a la decoración de la estancia. Para que este proceso de reconversión sea realmente efectivo y no acabe dando la sensación de que lo que se ha hecho es cambiar un mueble de sitio, es importante cambiar la imagen del mismo con unos toques de color. La técnica del estarcido es una muy buena opción para dar un lavado de imagen al galán.
El proceso también puede darse a la inversa. Y aprovechar un toallero del cuarto de baño para convertirlo en un galán. Probablemente, en este caso lo más apropiado sea dar una serie de manos de tinte y barniz para adaptar el toallero a un espacio que pueda ser más clásico, pero todo dependerá de la línea y el ambiente del propio dormitorio.
Otra posibilidad para recuperar un mueble de estas características es utilizarlo como colgador de los diferentes útiles de cocina. Empleándolo a modo de práctica barra metálica, en la que todos los cubiertos y utensilios de cocina estén al alcance de la mano. Al igual que en el resto de estancias y usos, este mueble puede decorarse en combinación con la decoración de la cocina.
Otra brillante idea es reconvertir el galán, el toallero o el colgador de la cocina en un funcional revistero para ubicarlo en el salón o en el rincón de lectura preferido. En el original revistero se podrá organizar la prensa diaria y las revistas, sacando partido a sus diferentes barras.
Tras conocer este abanico de posibilidades es conveniente pensar dos veces la posibilidad de deshacerse de un toallero o de un galán en desuso, ya que se está descartando la oportunidad de reconvertirlo en un práctico revistero o en un colgador para la cocina.