Los tornillos tienen un gran protagonismo en la mayoría de los trabajos de bricolaje, dado que su función es la de unir o sujetar las distintas piezas con las que se trabaja. Por lo que respecta a su tipología y características, éstas son tan extensas como las tareas para las que se utilizan.
Un tipo de tornillo para cada necesidad
La variedad de tornillos es muy extensa, y determinan su uso de acuerdo a la superficie en donde se van a emplear. Además de por sus aplicaciones, se diferencian por el tipo de rosca, por el paso y la forma de la misma, y por el tipo de cabeza.
Tornillos pasantes. Atraviesan las piezas a unir sin roscar en ninguna de ellas. Se usan en piezas de fundición o aleaciones ligeras.
Tornillos para madera. Reciben el nombre de tirafondo para madera. Se estrechan en la punta para abrir camino a medida que se inserta, lo que facilita el autoroscado. Su rosca ocupa tres cuartas partes de la longitud de la espiga. Pueden ser de acero inoxidable, latón, bronce, aluminio o bronce, y pueden estar niquelados, galvanizados, etc. Las cabezas pueden ser planas, ovales o redondeadas, según la función que han de cumplir.
Tornillos-tirafondos para paredes y madera. Son una variedad de tornillos más gruesos que los clásicos de madera, que se utilizan para atornillar los soportes de elementos pesados (aparatos de aire acondicionado, toldos, etc.). ejemplo. En este caso la cabeza del tornillo es hexagonal.
Espárragos. Es una varilla roscada en los dos extremos. Un de ello va roscando en la pieza mientras que el otro tiene rosca exterior, no tiene cabeza, y la sujeción se logra por medio de una tuerca.
Tornillos autorroscantes. Su caña es en su mayor parte cilíndrica, y el extremo de la misma tiene forma cónica. De cabeza plana, oval, redondeada o chata, la rosca es delgada, con fondo plano, para que la plancha se aloje en él. Sus bordes son más afilados que los de los tornillos para madera. Utilizados en láminas o perfiles metálicos permiten unir metal con madera, plástico y otros materiales.
Tornillos autoperforantes. Su punta es tipo broca, lo que evita tener que hacer perforaciones guías para instalarlos. Se usan en metales pesados.
Tornillos de rosca cilíndrica para uniones metálicas. Este tipo de tornillos se suele utilizar en maquinaria, por lo que deben soportar bien los esfuerzos a los que están sometidos. La rosca es triangular, por lo que pueden ir atornillados en un agujero ciego o en una tuerca con arandela en un agujero pasante.
Tornillos de miniatura. Están fabricados de acero inoxidable o latón. Se caracterizan por ser autorroscantes en materias blandas (plásticos). Su cabeza está adaptada para ser accionados por destornilladores muy pequeños y de precisión.
Tornillos inviolables. También se les conoce como tornillos antivandálicos, ya que una vez atornillados en el lugar correspondiente, es imposible quitarlos a menos que se fuercen y rompan. Se utilizan mucho en trabajos de cerrajería.
El cuerpo o vástago de un tornillo tiene forma de cilindro o cono, y puede ir roscado en su totalidad o solo en parte. El diámetro del mismo y el material con el que está hecho determinan la resistencia de la unión. Las roscas pueden ser exteriores o machos (tornillos), o interiores o hembras (tuercas). En cuanto su perfil, la variedad es amplia: Whitworth, Acme trapezoidal, métrica, cuadrada, etc. Dentro del cuerpo también se distingue el paso de rosca, que es la distancia que existe entre dos crestas consecutivas. Si el tornillo es de rosca sencilla, se corresponde con lo que avanza sobre la tuerca por cada vuelta completa. Si es de rosca doble el avance será igual al doble del paso.
El diametro y el material con el que está hecho el tornillo determinan la resistencia de la unión
Por lo que respecta a la cabeza del tornillo, ésta permite sujetarlo o imprimirle el movimiento giratorio con la ayuda de útiles adecuados -destornilladores, llaves, etc.-. Las más habituales son de forma hexagonal o cuadrada, aunque también las hay semiesféricas, cónicas o avellanadas, cilíndricas, etc.
En cuanto al extremo del tornillo, su forma determina la función del mismo. La mayoría terminan en una punta lenticular o cónica. Algunos tipos, como los de madera, acaban en punta, y otros en pivote.