Conseguir que plantas y arbustos mantengan una floración abundante y duradera no es una tarea sencilla, porque es preciso tener en cuenta toda una serie de factores externos que pueden hacer que pierdan la flor. Entre los más habituales destacan la ubicación del ejemplar en una zona en corriente o el hecho de cambiarlo de sitio y que esto le produzca un estrés que trate de aliviar perdiendo sus flores.
Además de proporcionarles la temperatura ambiental, la luz, el abono y el riego adecuados, algo no siempre sencillo, podremos pinzar sus tallos y cortar los extremos de las raíces en crecimiento, porque a mayor cantidad de tallos más flores, aunque su tamaño será menor.
No obstante, tenga en cuanta que al recortar su sistema de raíces la planta adquirirá menor cantidad de nutrientes, por lo que deberá aplicárselos a través de abonos líquidos de acción lenta, para que pueda obtener las sustancias que necesita sin problemas. Otra opción más común pasa por recortar también la parte aérea de forma proporcional y retirar las partes marchitas, para que la planta no malgaste sus energías en intentar revitalizarlas.
Eliminar las partes marchitas del ejemplar también ayuda a evitar que su olor atraiga a las plagas. A la hora de realizar este proceso quite las flores desde el pedúnculo, el tallito que las une a la planta, para conseguir estimular futuras floraciones.