La adaptación de la vivienda a las necesidades de las personas mayores, con discapacidad o movilidad reducida ha llevado a diversos fabricantes a diseñar ayudas técnicas específicas. Así han surgido también nuevos aparatos y sanitarios para equipar el baño y convertir esta estancia en un espacio libre de obstáculos.
En la pasada edición del Salón Avante, la primera feria para la autonomía personal y la calidad de vida, se presentó una reproducción de un baño sin barreras. El ideal de cualquier persona con movilidad reducida. El baño, diseñado con espacio suficiente para permitir maniobrar con una silla de ruedas, incluía lavabo regulable en altura, espejo basculante, mandos electrónicos de fácil manipulación, ergonómicos y situados a una altura accesible, grifería electrónica, un inodoro accionado por infrarrojos y barras de apoyo «firmemente ancladas» para utilizar este sanitario con seguridad.
Por su parte, la ducha, además de contar también con barras de apoyo, incorporaba un asiento, un termostato para ajustar la temperatura del agua y evitar quemaduras, así como la posibilidad de desinfección térmica automática. Por último, la estancia tenía instalado un sistema de alarma visual y acústica «para avisar de cualquier incidencia».
Al detalle. Éste es un ejemplo de cómo debería ser un baño sin barreras arquitectónicas, una estancia cada vez más reclamada por personas mayores, con discapacidad o movilidad reducida, que se ven limitadas en su propio hogar. Para todas ellas, fabricantes de sanitarios y mobiliario de baño han diseñado productos específicos que se adaptan a sus necesidades particulares.
Mamparas y platos de ducha
En el mercado existen mamparas con características especiales para facilitar el acceso a la ducha. La clave está en el sistema de apertura, que ha de permitir el paso sin obstáculos. Recientemente, Alsalux recibió el premio Alfa de Oro por la mampara articulada Spartic. Su modo de apertura está diseñado para espacios pequeños y usuarios mayores o con discapacidad. Dispone de dos ejes, uno en la pared y otro en la mampara, sobre los que la puerta puede girar en un ángulo de hasta 180º. De esta manera, se puede entrar a la ducha mediante un sistema similar al de las puertas giratorias.
Por otro lado, para salvar el desnivel habitual en los platos de ducha, las personas con silla de ruedas pueden optar por duchas de obra o platos extraplanos, a nivel de suelo y sin escalones. Además, el material del plato de ducha ha de ser antideslizante para evitar caídas y resbalones, y es preferible instalar puertas correderas, en lugar de cortinas.
Grifos
El proyecto Bitoque, financiado por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), revela las características que debe reunir la grifería para adaptarse a las necesidades de todas las personas. El proyecto, realizado de manera conjunta por el Instituto de Biomecánica de Valencia y la compañía Roca, estudia la forma y posición de los grifos que mejor se adaptan a quienes tienen problemas de autonomía o movilidad.
Los grifos deben permitir regular de manera fácil la temperatura y el caudal
En ese sentido, la grifería electrónica destaca como una de las soluciones más adecuadas, al garantizar una mayor seguridad en caso de descuido y un uso más sencillo mediante un sensor de movimiento. Estos modelos se adecuan a las capacidades físicas y de percepción de los usuarios. Además, el estudio ha permitido analizar el diseño óptimo y las características ergonómicas que deben tener los grifos para regular de manera fácil la temperatura y el caudal de salida.
Sanitarios regulables
La altura de los sanitarios es un factor importante a la hora de utilizarlos. Por ello, existen lavabos e inodoros cuya altura se puede modificar de manera manual o eléctrica. El sistema Kinelift permite regular una altura de hasta 30 centímetros. Este dispositivo cuenta con un mando a distancia que, sin restar estabilidad ni resistencia, desplaza el lavabo o inodoro incluso durante su uso. Está pensado para personas de diferentes estaturas (pequeños y adultos) y aquéllas que necesitan una adaptación personalizada.
La instalación de estos elevadores se compone, generalmente, de un motor eléctrico y un mecanismo de deslizamiento vertical, en el que se apoya el sanitario y que permite variar la altura del mismo. Además, estos mecanismos aceptan la instalación de un colgador para la toalla o barras de apoyo. También son muy útiles los asientos inodoros con apertura higiénica y los lavabos suspendidos (sin pie), muy prácticos para que las personas en silla de ruedas dispongan de espacio suficiente para ésta.
Las barras de apoyo son una ayuda indispensable en algunos casos. En su mayoría, se colocan en el inodoro y en la bañera o ducha para dar estabilidad. En el caso del inodoro, su ubicación principal está en los laterales, de manera que las personas se puedan sujetar al sentarse y levantarse. En la ducha, se suelen instalar en la pared para agarrarse durante el momento del baño, mientras que en la bañera se colocan en los laterales para agarrarse al entrar o salir.