El botellero que se puede apreciar en la fotografía tiene un aspecto rústico, distintivo también del ambiente que lo rodea. Se encuentra emplazado enfrente de un tramo de pared que en lugar de alicatarse con el azulejo blanco empleado en el resto de la cocina se ha decorado con una columna de ladrillos de color claro, que refuerzan ese ambiente rústico de la estancia.
Para terminar la parte superior del botellero se han empleado trocitos pequeños de mármol travertino de colores claros, para que combine con los ladrillos. Su estructura es sencilla y de líneas rectas: una caja de forma rectangular, dividida en dos partes por una tabla que hace de fondo donde se colocan las botellas y copas. En la primera van alojadas las copas en una balda y las botellas en las subdivisiones cuadradas que se han realizado en el interior.
En la segunda parte del mueble hay unos cajones y la puerta de un armario con baldas, que se abren desde los dos laterales. Para evitar el efecto que tendría el colocar una sola puerta y cajón en los laterales del botellero se han colocado dos, una de ellas falsa, pegando simplemente la puerta y el frontal del cajón.