Existen numerosas fórmulas para aplicar texturas a la pintura. El resultado que se pretende es dotar de un aspecto más moderno a las paredes. El gotelé es una de las técnicas, otra es el empleo de esponjas, punteadores o rodillos con texturas.
Sin embargo existe otra opción que todavía no hemos contemplado. Cuando hay que rasear la pared para igualar y disimular las irregularidades se puede emplear un mortero de cal que aplicaremos con una llana de plástico. En esta aplicación será donde creemos la textura o rugosidad deseada, en vez de hacerlo en la capa de pintura como en los procesos citados anteriormente.
Tendrá que utilizar la llana como si de un cuchillo se tratara, y extender el mortero como si untase mantequilla sobre una imaginaria tostada, sin igualar las irregularidades que vaya dejando a su paso. Deberá untar la pared con una capa fina y, si el resultado no le convence, puede alisarla de nuevo y volver a empezar.
Una vez haya obtenido el resultado deseado podrá aplicar la pintura como si de una pared lisa se tratara, dejando al descubierto las imperfecciones creadas en ella.