El singonio es un ejemplar treparador de hojas variegadas cuyo color predominante es el verde, y que presenta hojas matizadas en colores blancos y o plateados. Se trata de una planta que florece a una edad muy avanzada, por lo que no debe extrañar que no tenga flores en unos años.
A pesar de tratarse de un ejemplar trepador esto no es óbice para otorgarle una ubicación exterior, aunque sea en el balcón o terraza, ya que se desarrolla sin problemas en estancias luminosas, que le ayudan a no perder su variegado color y a permanecer más frondoso.
Requiere riegos moderados a los largo de todo el año. Lo más adecuado es emplear agua sin cal a temperatura ambiente a la hora de aportarle el líquido elemento. Debe pulverizar a menudo este ejemplar y humedecer sus hojas para quitarles el polvo y lograr mantener la planta fresca. Es recomendable regarla de 2 a 3 veces por semana en verano y no descuidar esta tarea en invierno, sobre todo cuando tengamos la calefacción puesta.
Deberá ubicarla en un lugar claro, no soleado y caliente a lo largo de todo el año porque no es recomendable exponer el singonio a temperaturas inferiores a 18º C. Se trata de un ejemplar tropical, por lo que su temperatura óptima de crecimiento a lo largo del verano estriba entre los mencionados 18 y los 21º C. Requiere de una temperatura constante a lo largo del año y no soporta estar en lugares con corrientes.
Abone el singonio cada dos semanas de marzo a agosto y realice el trasplante cuando sus raíces asomen por el agujero de drenaje. Una buena opción para despreocuparnos de esta tarea consiste en emplear abonos en formato de barra, de liberación lenta, cada dos meses.