La fachada de la vivienda que se observa en la fotografía es de una casa antigua y su decoración trata de resaltar esta antigüedad al conjugar el color ocre de la fachada con las ventanas pintadas de color rojizo.
La casa dispone de una escalinata de acceso a la que se le ha intentado otorgar un toque de modernidad mediante la instalación de un pasamanos poco convencional, conformado por listones metálicos de forma rectangular y algo más de un metro de altura, que hacen de improvisado pasamanos, aunque sin disponer de una barandilla que los enlace.
Los listones se encuentran fijados al embaldosado del porche mediante unos tornillos largos, que se adentran en el suelo, para dotar al pasamanos de la estabilidad necesaria para que pueda ejercer su función. No obstante, debido al reducido número de escalones y al escaso desnivel de la escalera, el pasamanos tiene una aplicación más decorativa que funcional.