El radiador que se puede apreciar en la fotografía dispone en su interior de un fluido térmico que le permite seguir calentando la estancia en la que se encuentre ubicado sin consumir energía eléctrica, merced a su alto rendimiento calorífico.
Su consumo energético es cerca de un 50% menor que los radiadores convencionales, debido a que absorbe menos potencia de la red eléctrica. Está fabricado en aluminio inyectado y se instala fácilmente en las paredes mediante dos pequeños soportes adjuntos.
Este radiador dispone de un termostato ambiente que regula su consumo cuando la estancia ha alcanzado la temperatura deseada, lo que, sumado a su menor consumo energético, lo convierte en una estupenda opción para reducir el consumo eléctrico durante el invierno.