La normativa en materia de abastecimiento obliga a que las viviendas de nueva construcción tengan una llave de corte para cada sanitario, además de una llave de paso en el baño, otra en la cocina y una general que corte el suministro de toda la casa. De esta manera, cuando se produce una avería y es necesario cerrar el paso del agua para repararla, el suministro sólo se interrumpe en el aparato o estancia afectados.
Las viviendas más antiguas y aquéllas en las que no se han realizado reformas suelen contar tan sólo con una llave general, que se localiza a la entrada del inmueble, cerca del contador de agua o en la cocina, en la zona del fregadero.
Cómo instalarlas
Antes de instalar una llave de corte en los sanitarios, el fregadero y los electrodomésticos alimentados por agua, es preciso cerrar la llave de paso general. A continuación, se abre el grifo más bajo de la casa, generalmente el del bidé, para vaciar el agua que pueda haber quedado en la instalación.
Es preciso cerrar la llave de paso general y desmontar los latiguillos
Una vez que la red esta vacía, se desmontan los latiguillos que unen los grifos con las tomas de agua, se limpia la rosca de la nueva llave y se le aplica teflón para asegurar que queda estanca. En el lavabo, habrá que instalar una llave de corte para el agua fría y otra para el agua caliente.
Respecto a las llaves de paso que independizan el suministro del baño y el de la cocina, lo habitual es colocarlas en la parte superior de la pared, sobre la puerta, a unos 20 centímetros del techo. Esta ubicación responde a que la norma regula el trazado de las tuberías por el techo. También hay que colocar una llave para el agua caliente y otra para el agua fría.
Llaves de la red
En total, la red de suministro está compuesta por varias llaves. La primera se localiza en la acometida, sobre la tubería de distribución, aunque en este caso se trata de una llave de toma que abre el paso. A continuación, se localiza una llave de corte en el exterior de la propiedad y otra general dentro de la propiedad, en una zona de uso común, que interrumpe el suministro de todo el edificio. Esta llave ha de estar accesible para su manipulación y señalada adecuadamente para permitir su identificación.
Por su parte, el trazado del distribuidor principal, que se realiza por zonas de uso común, ha de contar con llaves de corte en todas las derivaciones para que, en caso de avería en cualquier punto, no sea necesario interrumpir el suministro en toda la red.
En cuanto a la instalación interior de la vivienda, que engloba la parte comprendida entre el contador y los aparatos de consumo, así como la red de tuberías, debe estar compuesta por:
- Una llave de paso colocada en el tubo de alimentación para cortar el suministro de la instalación.
- Una llave de registro colocada al final de la acometida.
Es importante que el material del que están compuestas las llaves sea compatible con las tuberías en las que se intercalan. Además, el cuerpo de la llave tiene que ser de una sola pieza de fundición o fundida en bronce, latón, acero, acero inoxidable, aleaciones especiales o plástico. Por último, las llaves han de ser resistentes a una presión de servicio de 10 bares.