Con el paso del tiempo, los escalones de acceso al jardín tienden a desconcharse y desgastarse lo que, unido al agua de la lluvia, incrementa las posibilidades de que cualquiera pueda sufrir alguna caída.
Reparar este tipo de imperfecciones motivadas por el uso y las inclemencias climatológicas es muy sencillo. El primer paso consiste en retirar todas las partes que estén medio sueltas, tirando de ellas suavemente o empleando con cuidado un cincel. Es conveniente retirar además todos los restos de polvo con un cepillo fuerte.
El método más acertado reside en arreglar cada escalón por separado, realizando un simple encofrado mediante la colocación de un armazón de madera en todos los laterales del peldaño. También resulta conveniente sujetar el armazón con unos ladrillos y asegurarse de que está perfectamente nivelado con la ayuda de un nivel de burbuja.
Es preciso pulverizar con agua las partes que se vayan a reparar y verter sobre las zonas huecas una mezcla formada por una medida de cemento y cinco de grava. Por último, será aconsejable alisar esta mezcla con una espátula cuando comience a fraguar y retirar el encofrado cuando haya pasado al menos un mes después de la reparación.
Si se trata de una escalera de mucho tránsito, lo más recomendable radica en ir reparando los escalones uno a uno y saltar al pasar el que se está arreglando con mucho cuidado.