Mediante la técnica del salpicado se puede romper con la monotonía decorativa de algunas estancias y darles un aspecto juvenil y desenfadado. Antes de proceder a decorar una habitación con esta técnica es necesario proteger las zonas que no se quieren pintar con papel y cinta de carrocero, ya que de lo que se trata es de lanzar la pintura sobre la pared para obtener un resultado único e inimitable.
Es recomendable que emplee primero la técnica que a continuación se describe sobre una superficie pequeña, para practicar y comprobar si efectivamente le agrada el resultado.
Primero habrá que decidir un color de base para la pared, sobre el que lanzará la pintura aceitosa, que deberá diluir con aguarrás. Aparte de ser necesario proteger las zonas que no quiere pintar, también deberá hacer lo propio con el suelo y su persona, utilizando guantes, un buzo, gafas y mascarilla protectoras.
Para realizar las salpicaduras podrá mojar en pintura un trozo de cartón y agitarlo con fuerza sobre la pared o bien mover las cerdas de la propia brocha con un trozo de madera pequeño.