Los alargadores son cables que sirven para conectar a la red aparatos eléctricos alejados de una toma de corriente. También son muy útiles para realizar labores de bricolaje en un lugar que no disponga de energía eléctrica o conectar un cable demasiado corto. En lugar de habilitar un nuevo enchufe o realizar una nueva toma de corriente, se puede recurrir a un prolongador y evitar obras en la instalación.
Sin embargo, existen varios tipos de alargadores. Principalmente, los hay sin toma de tierra y con ella, además de contar con cubiertas de diferentes materiales. Es necesario conocer las características completas de un alargador para elegirlo en función del uso que se le dará.
Estos conductores tienen dos extremos. En uno de ellos sobresalen dos clavijas para conectar a la red. En el otro, se localiza la parte a la que se enchufa el cable del aparato. Respecto a la sección, en principio, sólo deben utilizarse prolongadores cuya sección mínima sea de 1,5 mm2.
Cubiertas
Las cubiertas cumplen la función de proteger el interior de golpes, agentes químicos u otras agresiones. El material en que están fabricadas puede ser policloruro de vinilo (pvc), goma u otros aislantes como el polietileno. Cada uno de ellos tiene un comportamiento frente al fuego, la propagación de las llamas, la emisión de humo o de gases tóxicos y la corrosión, por lo que conviene conocer la información referida a cada uno de estos factores antes de adquirir un tipo de alargador u otro.
Si en lugar de comprar un prolongador se opta por fabricarlo, apenas hacen falta unos metros de cable (según la longitud que se necesite), unas clavijas y un conector. Lo principal es asegurarse de que todo el material cumple las normativas correspondientes y, en el caso de las clavijas y el conector, que tienen un aislamiento adecuado.
Todas las conexiones han de quedar ocultas para garantizar la seguridad durante su uso
Estas partes deben quedar perfectamente unidas al conductor para evitar que se suelten durante su uso. Hay que pelar el cable en ambos extremos, conectar los hilos a las clavijas y al conector, respectivamente, y cerrar estos. Todas las conexiones han de quedar ocultas para garantizar la seguridad durante su uso y evitar un cortocircuito.
Cuando el aparato y la toma de corriente a la que se conecte el conductor tengan toma de tierra -un requisito obligatorio en la actualidad-, es necesario que el prolongador también disponga de ella.