En muchas casas se opta por instalar parqué flotante porque resulta mucho más barato que el suelo de madera y más fácil de limpiar que las moquetas. Asimismo, su colocación es mucho más sencilla que la de la madera machihembrada. Por todo ello, este revestimiento se convierte en el sustituto ideal de la tarima en caso de que no se disponga de un presupuesto elevado o si bien no se desea realizar obra alguna, pero se quiere dar un nuevo aspecto a un suelo.
El parqué flotante se presenta en forma de losetas o láminas ya barnizadas que se colocan sobre cualquier suelo, ya esté revestido de baldosa, moqueta, un viejo parqué o el propio cemento. El único requisito a tener en cuenta para la instalación de este tipo de parqué se centra en que la superficie es conveniente que esté muy plana.
En caso de que el suelo no sea plano se podrá colocar una placa blanda de corcho o una hoja de polietileno o fieltro, que además servirá para reducir tanto los ruidos cómo las pérdidas de calor de la estancia.
Por último, hay que recordar que el parqué flotante no va fijado al suelo, sino que el procedimiento a seguir consistirá en unir cada una de las láminas a través de ranuras y lengüetas.