Una de las principales ventajas de disponer de armarios de puertas correderas estriba en que se puede contar con más espacio en las estancias que los albergan, debido a que no es preciso dejar un espacio para permitir la apertura de los mismos.
Sin embargo, si el fondo no es amplio, esta forma de apertura no suele ser una buena solución para los roperos en los que se vayan a guardar camisas y otras prendas colgadas en perchas. Lo que ocurre es que cuando se abren las puertas correderas sus hojas se superponen. Este mecanismo ayuda a ahorrar espacio, pero si la hoja se tropieza con cualquier prenda suele llevársela consigo. Esto sucede con frecuencia con las mangas de las camisas, que pueden acabar introduciéndose entre las dos puertas correderas.
Este pequeño incidente puede provocar, por ejemplo, que una manga de una camisa se coloque en medio de otras prendas que se quieran sacar del armario y que ésta se arrugue, debido al continuo movimiento y al encontrarse entre las dos puertas.
Para evitarlo se debe tratar de adquirir un armario un poco más ancho, lo que no siempre es factible, o bien colgar las camisas en barras perpendiculares a las puertas o que permitan girar ligeramente el enganche con el que se sujetan a la barra, de forma que las puertas no atrapen las prendas cuando se abran.
Existen también en el mercado unas perchas especiales, muy utilizadas en los hoteles para evitar que se roben, que se componen de un aro que rodea la barra de la que se cuelgan las prendas, y que tienen un colgante al que se une el resto de la percha. De este modo se puede descolgar la ropa fácilmente, y puede colocarse tanto de lado como de frente para evitar que se enganche entre las puertas correderas del armario..