Posiblemente, en alguna ocasión se haya intentado accionar el interruptor de la luz de una habitación y, a pesar de que en el resto de la casa hubiera corriente eléctrica, la lámpara no haya querido encenderse. En la mayoría de los casos bastará con cambiar la bombilla, que probablemente se habrá fundido, para volver a tener luz en la estancia.
Lo primero que se deberá hacer será verificar que tanto la bombilla cómo el fusible está en perfectas condiciones. Luego, si no presentan problemas, comprobar también el estado del propio interruptor. Para ello, lo primero que habrá que hacer, como siempre que se realiza algún tipo de manipulación en el sistema eléctrico, será o cortar la corriente de la casa o al menos quitar el fusible del interruptor para asegurar que el circuito eléctrico de esa habitación está cortado y se puede trabajar sin peligro.
Ahora se podrá proceder a desmontar el interruptor y comprobar que se produce sin ningún tipo de problemas el contacto entre las clemas y los cables. Después se conectará de nuevo corriente para comprobar que el interruptor funciona.
Si la bombilla sigue sin encenderse desmonte el interruptor, quitar los dos cables y ponerlos en contacto sin que tengan que pasar por el circuito de encendido del interruptor. Si la bombilla se enciende el problema estará en el propio interruptor y habrá que cambiarlo.