Las normas de seguridad de los juguetes serán armonizadas en el futuro gracias al proyecto acordado por la Comisión Europea, China y Estados Unidos, que además adoptarán otras medidas destinadas a estrechar la cooperación en la protección de los consumidores.
Los respectivos responsables sobre seguridad de los productos de consumo han dado en esta primera cumbre trilateral «el primer paso para hablar con una sola voz», según afirmó la comisaria europea de consumo, Meglena Kuneva. Así, la responsable comunitaria acordó una serie de «acciones concretas» con el viceministro chino encargado de la Vigilancia de la Calidad, Wei Chuanzhong, y con la presidenta de la Comisión de los productos de Consumo de Estados Unidos, Nancy Nord.
Al ser la seguridad de los juguetes «el tema más urgente y que más preocupa», los responsables han pactado un proyecto para la armonización de las normas en este sector del mercado, que esperan seguir discutiendo el próximo año en una cumbre similar, afirmó Kuneva.
El representante chino anunció la disposición del gigante asiático a aplicar nuevas normas para aumentar la seguridad de los juguetes, mientras que la responsable estadounidense dijo en su país que «se siguen muy de cerca las propuestas de Bruselas en este ámbito».
Otros acuerdos
También se pactaron en la reunión medidas bilaterales para aumentar el intercambio de información, el control y seguimiento de los productos, ya que todavía el 12% de los bienes que llegan al mercado comunitario «son de origen desconocido», destacó Kuneva.
En particular, Bruselas acordó con China una revisión del texto actual que fija las condiciones de cooperación, que incluirá la ampliación de las normas para los productos alimenticios y nuevas normas fitosanitarias. Asimismo, se contempla la realización de controles coordinados y simultáneos en sectores o productores concretos para comprobar el respeto a las normas de seguridad, así como la comunicación directa entre las autoridades competentes chinas y el Sistema de Alerta Rápida de la UE para Piensos y Alimentos (RASFF).
Por otra parte, la UE podrá establecer contacto directo con la Comisión de los Productos de Consumo de Estados Unidos, de modo que las autoridades de ambas partes podrán actuar «de forma transparente, directa e instantánea» cuando reciban una alerta de seguridad desde el otro lado del Atlántico.