El Ejecutivo comunitario ha propuesto crear una tasa sobre las transacciones financieras, a imitación de la tasa Tobin, y un nuevo Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) comunitario para financiar el presupuesto de la Unión Europea (UE) del periodo 2014-2020. Se pretende así reducir las contribuciones directas de los Estados miembros, que en la actualidad representan casi dos tercios del total. Se trata de aumentar los recursos propios de la UE y evitar la percepción de países «ganadores y perdedores» en las negociaciones sobre el presupuesto comunitario, señaló el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso.
Bruselas propone además «simplificar» las compensaciones que reciben algunos países contribuyentes, como el cheque británico, aunque no suprimirlas. «En el nuevo sistema no hay lugar para la noción de retorno justo. La solidaridad significa que los que son relativamente más ricos contribuyan relativamente más. Pero la solidaridad implica también que las contribuciones nacionales no pueden ser desproporcionadas», dijo Barroso. Además de Reino Unido, se beneficiarán de las compensaciones Suecia, Países Bajos y Alemania.
La iniciativa para aumentar los recursos propios de la UE, que debe ser aprobada por unanimidad por los Veintisiete, chocará previsiblemente con la oposición de Estados miembros como Reino Unido o Alemania, que rechazan la creación de impuestos europeos. Barroso admitió que las negociaciones con los Estados miembros serán «muy difíciles», pero se mostró convencido de que será posible lograr un acuerdo «ambicioso».
La CE propone para los próximos siete años un presupuesto para la UE de 971.500 millones de euros en pagos, cifra que representa un incremento del 5% respecto a las actuales perspectivas financieras 2007-2013. No obstante, el nivel de gasto comunitario se mantendría en el 1% del Producto Interior Bruto (PIB) comunitario. Barroso defendió que se trata de un presupuesto «relativamente pequeño» y «realista» pero con un «gran impacto». Reino Unido, Alemania y Francia habían exigido al Ejecutivo comunitario que congelara el presupuesto de la UE de aquí a 2020 en línea con las medidas de austeridad adoptadas por la mayoría de Estados miembros para hacer frente a la crisis. En cambio, la Eurocámara, que también es autoridad presupuestaria, ha pedido un aumento de al menos el 5%.
La política agrícola común (PAC) tendrá una financiación de 281.000 millones de euros (el 30% del presupuesto). «El presupuesto de la agricultura no aumenta pero mantenemos la estabilidad del apoyo a los agricultores», apuntó Barroso. En cuanto a la política de cohesión, Bruselas propone dedicar 376.000 millones (el 38% del presupuesto) a ayudas a las regiones. Se creará una nueva categoría de regiones en transición que podría beneficiar a Galicia, Castilla-La Mancha y Andalucía, que perderán la mayor parte de las ayudas por superar el 75% del PIB de la UE. Sólo Extremadura mantendrá previsiblemente su actual nivel de ayudas europeas. Además, la CE pide crear un nuevo fondo para financiar proyectos de infraestructuras que contará con 40.000 millones de euros y concentrará 80.000 millones de euros en I+D+I.