📝 1. Hacer un presupuesto
El primer paso para controlar nuestras finanzas es crear un presupuesto. Para ello, podemos seguir la regla 50/30/20 que dice lo siguiente: la mitad de los ingresos deben destinarse a los gastos imprescindibles, como el pago del alquiler o de los suministros, o llenar la cesta de la compra; el 30 % costeará los gastos prescindibles como el gimnasio o el ocio; y el 20 % restante, para ahorrar.
Para que realmente resulte útil, se puede establecer un presupuesto más específico, con partidas concretas (viajes, ropa, restaurantes, etc.).
📈 2. Controlar los gastos
Una vez creado el presupuesto, llega el momento de cumplirlo. Es importante llevar un control adecuado y riguroso de los gastos. De esta manera, no solo podremos asegurarnos de que cumplimos el presupuesto que nos hayamos marcado, sino que a final de mes podremos analizar en qué partidas gastamos más dinero y en cuáles hay margen para ahorrar. Por ejemplo, sabremos cuánto dinero nos gastamos cada mes en salir a cenar o en tomar café y podremos valorar si es una cantidad razonable.
📑 3. Revisar los recibos del hogar
Cambiar de tarifa de luz, buscar una nueva compañía de Internet y telefonía o cambiar de gimnasio puede ahorrarnos varios cientos de euros al año. De vez en cuando, conviene revisar los recibos que pagamos habitualmente (luz, gas, teléfono, Internet, gimnasio, plataformas de streaming, etc.) y comparar con los precios que ofrece la competencia para comprobar si no podríamos ahorrar cambiando de compañía o de tarifa.
💰 4. Apartar los ahorros
Una vez hayamos decidido cuánto queremos ahorrar cada mes, conviene separarlo del dinero que necesitemos para el día a día. Así, evitaremos gastarlo. Además, tener los ahorros en una cuenta separada nos permitirá ser más conscientes de cuál es nuestro colchón financiero. Una solución es abrir una cuenta remunerada sin comisiones que no solo nos posibilitará separar nuestros ahorros, sino que además nos pagará intereses.
📆 5. Ahorrar a principio de mes
Un truco para ser constante es ahorrar a principio de mes, justo cuando recibimos la nómina, en lugar de dejarlo para el final. Así, nos aseguraremos de que cumplimos con nuestra meta, ya que si lo hacemos a final de mes, corremos el riesgo de acabar gastando más dinero de la cuenta. Para hacerlo todavía más fácil, podemos programar una transferencia automática desde nuestra cuenta corriente a la de ahorro.
🏁 6. Establecer metas de ahorro
Ahorrar no es fácil, pero podemos usar ciertas herramientas que nos animen a lograr nuestro objetivo. Si, por ejemplo, en lugar de ahorrar para imprevistos, creamos metas concretas como, por ejemplo, comprar un coche, tendremos un incentivo. Varios bancos permiten crear huchas virtuales a través de su banca online para separar los ahorros en varios espacios según nuestros objetivos.
📉 7. Reducir los gastos hormiga
Los gastos hormiga son todas esas compras innecesarias de pequeño importe que hacemos a diario y que creemos que no afectan a nuestro bolsillo, pero que, si se suman todas, suponen un buen pellizco de nuestro presupuesto. Llevar un control de nuestras finanzas no ayudará identificar todos esos gastos.