Representantes de una docena de países y entidades bancarias firmaron ayer en Salamanca la Declaración Universal de los Derechos de los Usuarios de Servicios Bancarios y Financieros.
El texto recoge consideraciones generales como la existencia de un sistema financiero racional y liberalizado. En este sentido, aboga por la libre competencia y la libertad de la prestación de los servicios financieros.
La libertad de contratación y la determinación de las comisiones y los intereses, que serán decididos por cada entidad para que el usuario pueda escoger lo que más le convenga; la no discriminación de clientes; el derecho a la mejora de las condiciones de los créditos, y el rechazo de la competencia desleal, son otros de los principios recogidos en la Declaración.
Mejores servicios
Además, las entidades financieras, indica el texto, procurarán ofrecer los mejores productos y servicios a la vez que los usuarios tienen derecho a exigir un trato adecuado.
En este marco se elaborará un código financiero internacional, compuesto por un conjunto de reglas normalizadas para los distintos países, que permitan otorgar seguridad jurídica a los usuarios en las operaciones que transciendan las fronteras nacionales.
Respecto a la seguridad de las transacciones, se recoge que los usuarios pueden reclamar a las entidades la adopción de todas las medidas técnicas para garantizar el correcto funcionamiento de las mismas.
La Declaración también recoge el derecho a una información clara y veraz, de acceso, rectificación y cancelación de una cuenta o un producto en cualquier momento.
Grupo Santander, La Caixa, Caja Duero, Caja Murcia, Ibercaja, BBK, Caixa Galicia, Cajamar, Caja Castilla-La Mancha, Caja Laboral, Bancaja, Banco Pastor y Sabadell Atlántico firmaron su adhesión a este documento. También fue respaldado por organizaciones de consumidores de EE.UU., Gran Bretaña, México, Brasil, Venezuela, Argentina, El Salvador, Portugal, Francia, Guatemala, Costa Rica, Uruguay y Perú.