1. Obsequios costosos
Uno de los errores más comunes es tirar de créditos para comprar regalos costosos, como relojes o experiencias que no se pueden asumir con los ahorros o la nómina. Y aunque estas compras pueden producir una sensación inmediata de bienestar, a la larga generan una presión financiera innecesaria. Porque las deudas, tarde o temprano, hay que pagarlas.
En lugar de gastar más de lo que se puede en regalos costosos, conviene buscar experiencias que se ajusten al presupuesto, o bien, anticipar las ocasiones especiales y ahorrar con tiempo para hacer frente a estos gastos.
2. Vacaciones de lujo
Las vacaciones son un momento de relajación y disfrute, pero endeudarse para financiar viajes lujosos puede provocar estrés financiero a largo plazo. De hecho, las preocupaciones relacionadas con las finanzas personales suelen dispararse en enero (tras las vacaciones de Navidad) y en septiembre (después de las vacaciones de verano).
En lugar de endeudarse para viajar, conviene ajustar los viajes al presupuesto. Existen destinos asequibles y formas de vivir las vacaciones sin acumular deudas. Planificar el viaje con anticipación y buscar ofertas de vuelos u hoteles son otras estrategias que permitirán disfrutar del tiempo de descanso sin tener que pagar las consecuencias a la vuelta.
3. Inversiones
Las inversiones pueden ser una excelente manera de hacer crecer el patrimonio, pero para quienes sean principiantes, no es aconsejable pedir préstamos para hacerlo. Endeudarse para invertir conlleva un riesgo significativo porque el rendimiento de las inversiones es incierto y puede variar a corto plazo. Incluso, las inversiones podrían tener rendimientos negativos y entonces habría que destinar dinero de otras fuentes para saldar la deuda.
Si se va a invertir por primera vez, conviene asegurarse de tener los conocimientos financieros necesarios y, principalmente, de ahorrar una determinada cantidad de dinero destinada específicamente a este fin.
4. Recibos u otros gastos habituales
Hoy por hoy, es posible fraccionar hasta los pagos de las facturas de los suministros. Y aunque esta opción pueda parecer tentadora, también puede llevarnos a un ciclo de endeudamiento difícil de revertir. Los intereses y cargos adicionales pueden acumularse y, al final, se tendrá que pagar más de lo que un principio se debía. Eso sin olvidar que el pago a plazos genera la falsa sensación de que se está gastando poco, cuando, en realidad, se están postergando los gastos para más adelante.
A veces, endeudarse es necesario, como cuando se contrata una hipoteca para comprar una vivienda. Sin embargo, incluso en estas circunstancias, es importante ser responsable y consciente de las implicaciones financieras.