El Ministerio de Economía y Hacienda ha descubierto 27 malas prácticas que cometen habitualmente las aseguradoras y la banca en la comercialización de pólizas y planes de pensiones, como por ejemplo el encarecimiento «desproporcionado» de estos productos para ciertos colectivos.
Según la Memoria del Servicio de Reclamaciones de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), el mayor número de actuaciones incorrectas se produce en la venta de seguros de vida y planes de pensiones -aglutinan la mitad de las malas prácticas descubiertas-. La contratación de seguros de vida sin el consentimiento de un cliente al que se le ha concedido una hipoteca, la renovación de seguros de jubilación en condiciones menos favorables, los cambios en la política de inversión de los planes de pensiones sin el conocimiento del partícipe y los retrasos en la disposición de los derechos consolidados y en el cobro de las prestaciones de los planes son algunos ejemplos de prácticas indebidas.
Casos
Entre los casos más curiosos dados a conocer por el organismo público destaca el de una jubilada de 75 años a la que Zúrich le recomendó contratar un plan de pensiones. En otro caso, Winterthur se negó a pagar las indemnizaciones de un seguro de vida a unos huérfanos porque consideraba que la viuda del fallecido era la beneficiaria de la póliza pese a que llevaban separados varios años y pese a que la ley sólo considera cónyuge a aquel que lo sea en el momento del fallecimiento del asegurado.
Los seguros de asistencia sanitaria y decesos también registran varias prácticas inadecuadas
La memoria de la DGSFP, organismo dependiente de Economía, indica que los seguros de asistencia sanitaria y decesos también registran varias prácticas inadecuadas, como la «elevación desproporcionada de la prima cuando el asegurado alcanza determinada edad» o la no renovación de las pólizas a asegurados con enfermedades, especialmente las crónicas.
Como ejemplo en pólizas de automóvil, algunas entidades exigen a sus clientes que contraten un seguro de vida como condición para la contratación de un seguro de automóviles, especialmente en el caso de menores de 25 años o de grupos profesionales.