Algunos niños españoles, en la actualidad, no aprenden a leer y escribir hasta tercero de Educación Infantil. Hoy, la obligación legal es que hasta primero de Primaria (seis años) los niños no tienen por qué empezar a saber leer y escribir, y tampoco sumar, restar multiplicar, una lengua extranjera, etc.
El Ministerio de Educación, siempre según los textos facilitados a las comunidades autónomas, ha decidido desarrollar un cambio sustancial en la Educación Infantil, cambio centrado en «provocar» el aprendizaje a edad temprana y que, mediante Real Decreto, obligará a que el segundo curso de Educación Infantil se centre en que los niños aprendan a leer y escribir, así como el cálculo básico, lo que se conoce como sumas y restas de una cifra.
Junto a éste, hay otros objetivos, de los cuales el principal es «el desarrollo físico, intelectual, afectivo, social y moral de los niños» y se pretende que la Educación Infantil contribuya a «desarrollar en los niños» las siguientes capacidades: «Conocer su propio cuerpo y sus posibilidades de acción. Adquirir una progresiva autonomía en sus actividades habituales. Relacionarse con los demás y aprender las pautas elementales de convivencia. Observar y explorar su entorno familiar, social y natural. Iniciarse en el aprendizaje de la lectura y la escritura, así como en las habilidades numéricas».
Además, hay otras dos materias que tendrán cierta importancia en el desarrollo de los niños. En primer lugar, y aunque el estudio de una lengua extranjera no será obligatorio hasta primero de Primaria, «a efectos experimentales» se podrá estudiar ya en la etapa de Educación Infantil. En segundo término, la Religión entrará en escena desde un principio, y se pretenderá que los niños tengan una formación básica, con tres asuntos principales: «Descubrimiento del hecho religioso a través de símbolos, edificios y fiestas. La expresión plástica y la expresión musical como medios para la manifestación religiosa. La escuela como lugar de convivencia entre compañeros de distintas creencias religiosas».
Entre los criterios de evaluación, al concluir la etapa de Educación Infantil, los niños «deberán ser capaces», entre otras necesidades, de «identificar las partes del propio cuerpo, en el de otro niño y en un dibujo; orientarse en el espacio; ser autónomos en su aseo personal; distinguir a los miembros de su familia, identificando parentesco, funciones y ocupaciones; conocer las dependencias del colegio, la clase, sus miembros y sus funciones; hablar con una pronunciación correcta; discriminar auditivamente palabras, sílabas y fonemas; interpretar imágenes, carteles, fotografías, pictogramas y cuentos; reconocer las grafías dentro de las palabras; leer e identificar letras, palabras y frases sencillas; aprender a contar de forma correcta; identificar los nueve primeros números y su representación gráfica; conocer los primeros números ordinales; identificar las formas geométricas más elementales: círculo, cuadrado, triángulo y rectángulo; identificar los colores primarios y su mezcla, y conocer las propiedades sonoras del propio cuerpo, de los objetos y de los instrumentos musicales».
Los contenidos educativos de Infantil están divididos en seis áreas, que son las siguientes: El conocimiento y control de su propio cuerpo; la autonomía personal. El descubrimiento del entorno y la convivencia con los demás. Desarrollo del lenguaje y de las habilidades comunicativas. Representación numérica. La expresión artística y la creatividad y Formación básica en el hecho religioso.
La asignatura de Sociedad, Cultura y Religión en la opción no confesional pretende «contribuir a la formación humanística de los alumnos» y en su desarrollo combina «las raíces religiosas de estructuras, costumbres y usos sociales de la actualidad; las diferencias entre los códigos de conducta individual y de relación que sustentan las distintas religiones y la importancia determinante de la libertad de las conciencias y de la libertad religiosa como elementos esenciales de un sistema político de libertad y convivencia».
En Bachillerato, la enseñanza de la asignatura de Sociedad, Cultura y Religión obligará al estudio de «las relaciones de la política, la ética y el Estado con la religión, así como la presencia del hecho religioso en la Constitución Española», como también el ateísmo como política de Estado o, incluso, el pluralismo religioso en el arte, la publicidad y los medios de comunicación social.