El Banco Central Europeo reconoce que la inflación puede subir ligeramente por el euro, aunque de modo pasajero

Cree que la introducción de la nueva moneda será, a medio plazo, beneficiosa para el control de los precios
Por EROSKI Consumer 25 de enero de 2002

La tasa de inflación de la zona euro podría repuntar en los primeros meses del año a causa del euro, pero será un fenómeno pasajero y el Banco Central Europeo cree que la introducción de la nueva moneda será, en el medio plazo, beneficiosa para el control de los precios, gracias a la mayor competencia.

La autoridad monetaria da por seguro, en el informe mensual de coyuntura correspondiente al mes de enero, que la variación del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) se ajustará en 2002 «con seguridad» a la referencia del 2%, sin que el efecto del redondeo o las subidas que han denunciado las asociaciones de consumidores con ocasión de la entrada del euro le parezcan una amenaza para la estabilidad de precios.

Según el BCE, la fuerte competencia existente en el mercado minorista, el atento seguimiento de las organizaciones de usuarios y los compromisos contraídos por los Gobiernos de no aumentar los precios administrados van a contribuir a que la repercusión del euro sobre la inflación no sea significativa.

Con todo, la autoridad monetaria admite que todavía «existe cierto grado de incertidumbre» y recuerda que también el aumento de la liquidez -causado por la preferencia de los inversores por este tipo de activos-, puede introducir presiones inflacionistas.

En todo caso, el BCE pone de manifiesto que los tipos de interés se encuentran en el nivel adecuado en la zona euro, tal como adelantó su presidente, Wim Duisenberg, ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.

Recuperación

La fecha de comienzo y la magnitud de la eventual recuperación económica en la zona euro sigue siendo incierta, a pesar de que los últimos datos de que se dispone apuntan a la progresiva reconducción de la actividad a lo largo de este año, añade el informe de coyuntura.

El BCE asegura que la ausencia de desequilibrios fundamentales en las economías europeas, junto a las favorables condiciones de financiación derivadas del bajo nivel de tipos de interés y el progresivo debilitamiento de la inflación repercutirán favorablemente sobre el poder adquisitivo de los ciudadanos. El consumo contribuirá a sostener la demanda interna.

Aunque hay datos que apuntan al final del deterioro de la confianza económica y el reciente comportamiento de los mercados financieros parece corroborar la hipótesis de la reactivación, la autoridad monetaria reconoce que sus previsiones están sujetas a un elevado grado de incertidumbre, fundamentalmente, por las perspectivas de la coyuntura en Estados Unidos y el contagio de su atonía a otras zonas del mundo.

Una vez más, el BCE recomienda la moderación salarial, el cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y las reformas estructurales como «recetas» básicas para el mantenimiento de las condiciones de un crecimiento sin inflación. También advierte a los Gobiernos de la necesidad de modificar la estructura de los gastos e ingresos públicos para crear un margen de maniobra que permita recortar los impuestos.

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