En un comunicado emitido ayer tras la reunión en Washington, el Grupo de los Siete países más desarrollados (G7) alertó de que los altos precios del petróleo son un «viento en contra» que dificulta el crecimiento económico y que la expansión mundial «es menos equilibrada que antes». Asimismo, el G7 pidió «acciones vigorosas» para resolver los desequilibrios mundiales y promover el crecimiento.
Los representantes de Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Japón «acogieron positivamente» los esfuerzos para mejorar los datos en el mercado del petróleo y aumentar la oferta de la energía a medio plazo, así como la eficiencia en el consumo.
«Revisaremos los progresos alcanzados en nuestra próxima reunión», indicaron los ministros, que precisaron que dentro de las «acciones vigorosas» que recomiendan para promover el crecimiento se encuentra la consolidación fiscal en EE.UU. y la adopción de mayores reformas estructurales en Europa y Japón.
Para este último país insta también a mayores reformas en el ámbito fiscal. Los ministros de los siete países más desarrollados aludieron también a los tipos de cambio, que «deberían reflejar la situación económica básica» de los países, aunque, matizaron, «la volatilidad en exceso en los movimientos de los tipos de cambio no es deseable para el crecimiento económico».
Sí es más deseable «una mayor flexibilidad de los tipos de cambio en los países o áreas principales que carecen de ella», indicaron los ministros, en alusión especial a China, país al que Estados Unidos ha intensificado en los últimos días sus llamamientos para que flexibilice la cotización del yuan.