El Servicio de Reclamaciones del Banco de España crea expectativas que no se cumplen en los usuarios y supone una pérdida de tiempo, tal como afirma el Defensor del Pueblo en su último informe, en el que se denuncia la «inoperancia» de este servicio.
«Una vez más hay que insistir en la insuficiencia de la actuación del Banco de España, en concreto del Servicio de Reclamaciones, para cumplir las funciones asignadas por las normas de resolución de conflictos entre particulares y entidades financieras», sostiene el informe. «Lamentablemente, los usuarios finalmente renuncian a sus derechos permitiendo que las entidades operen con cierta impunidad», apunta el Defensor del Pueblo, para el que la experiencia ha demostrado que el Servicio de Reclamaciones «es inoperante para el cumplimiento de su finalidad tutelar».
La institución dirigida por Enrique Múgica destaca como un problema recurrente las comisiones que las entidades cargan a sus clientes por las operaciones que realizan. Aunque en un mercado libre no se pueden establecer tarifas, sí se puede supervisar su procedencia y su correspondencia con el servicio prestado, apunta el trabajo. En este sentido, recalca que las comisiones deben responder a una solicitud del cliente y no a una imposición arbitraria de la entidad. Además, el importe de las mismas debe ser proporcional con el coste que la prestación suponga para la entidad, añade.
El Banco de España debería resolver los problemas entre las entidades y los clientes «de la manera más sencilla, económica y eficaz, para evitar que el usuario de los servicios financieros se vea abocado a acudir a los tribunales», mantiene en su informe el Defensor del Pueblo.