El déficit de tarifa eléctrico (diferencia entre el coste reconocido por la generación de electricidad y el precio que pueden aplicar las compañías por este concepto) ya encarece en un 10% el recibo de la luz, porque la cifra acumulada ronda los 23.000 millones de euros. Hace apenas dos años, la Comisión Nacional de la Energía estimó que este impacto era del 4%. Así lo dijo ayer el ministro de Industria, Miguel Sebastián, que estos días cierra con las compañías la fórmula para acabar con un sistema que se ha revelado «insostenible, además de injusto».
Sebastián recordó que con este procedimiento se está dejando una abultada «hipoteca» a los consumidores futuros, porque la deuda contraída se reintegra en 15 años. «Las eléctricas tendrán que realizar una contribución importante», aseveró, tras precisar que en las negociaciones en curso sólo faltan algunos flecos, en los que están trabajando los equipos técnicos.
Bombillas de bajo consumo
Por otra parte, el ministro defendió el reparto gratuito de bombillas de bajo consumo, una iniciativa de su departamento. La entrega del año 2009 tendrá un coste para la administración de 50 millones de euros, y permitirá a cada hogar un ahorro de al menos ocho euros que, multiplicado por 20 millones de hogares, totalizará 160 millones de euros menos, lo que equivale a una rentabilidad del 220%. Y puesto que la duración estimada de cada bombilla es de ocho años, elevó el ahorro a 1.280 millones, y la ganancia al 2.500%.
Con medidas como el cambio de bombillas, la regulación de las temperaturas y la racionalización de la calefacción y el aire acondicionado, se podría economizar una cuantía equivalente a duplicar la producción de las centrales nucleares. «Y eso de forma inmediata», apostilló Sebastián, al tiempo que garantizó que el Gobierno no aprobará la construcción de nuevas plantas de energía atómica.