La elaboración de las normas que recortarán las tarifas en itinerancia de la telefonía móvil avanza sin problemas, por lo que se podría alcanzar un acuerdo para este próximo verano, según anunció ayer la comisaría europea de Sociedad de la Información y Medios de Comunicación, Viviane Reding.
La medida se ha encontrado con la oposición de las empresas de telefonía, que aducen que esta regulación es innecesaria porque las tarifas siguen abaratándose, mientras que ha sido bien recibida por los ciudadanos europeos que viajan dentro del bloque de 27 países. Entre tanto, la Comisión Europea (CE), el Parlamente Europeo y los Estados miembros siguen trabajando en aspectos fundamentales como los niveles que alcanzarán los recortes.
La comisaria indicó que el proceso avanza en la dirección correcta. «Debemos tener la regulación para verano», afirmó Reding. Si el acuerdo se alcanza en verano, los consumidores podrán ver los beneficios probablemente a finales de año, dijo a finales de enero la responsables en asuntos de telecomunicaciones. Ello es ahora más factible ya que, según responsables de la UE, las operadoras han suavizado su oposición en semanas recientes y toman parte en los debates parlamentarios.
Bruselas pretende reducir las tarifas de itinerancia al por mayor que los operadores cargan a los consumidores y las tarifas al por menor de la UE para asegurarse de que los clientes se benefician de precios más baratos. Y es que los usuarios continúan pagando entre 4 y 6 euros por una llamada de 4 minutos a un teléfono móvil que está en otro país de la UE, cuatro veces más que una llamada nacional, según datos aportados por el Ejecutivo comunitario.
Se debería cobrar de 30 a 50 céntimos por minuto por llamadas salientes y de 15 a 33 céntimos por llamadas entrantes, según propone la CE, la presidencia alemana de la UE y un informe independiente encargado por un comité del Parlamento Europeo.