El Fondo Monetario Internacional (FMI) cifra en aproximadamente 300.000 millones de euros el impacto que han tenido en los bancos de la Unión Europea (UE) las tensiones en torno a los problemas de la deuda soberana en los países de la zona euro desde que esta crisis comenzara en 2010. A este respecto, la UE alerta del fuerte aumento de los riesgos para la banca.
El FMI aclara que su estimación no tiene en cuenta las necesidades de capital de los bancos, para lo cual sería necesario llevar a cabo una evaluación completa de los balances y las posiciones de ingresos, sino que busca dar una idea del aumento del riesgo de crédito soberano experimentado por los bancos en los últimos dos años. La institución advierte de que estos efectos se ven amplificados por la existencia de una red de instituciones financieras «altamente interconectadas y apalancadas». «Cuando se incluyen las exposiciones interbancarias frente a los mismos países, la magnitud del contagio aumenta en aproximadamente la mitad», añade.
Los cálculos del FMI reflejan que los efectos secundarios de las exposición de los bancos europeos a la deuda soberana griega, el «epicentro» de esta crisis, han ascendido hasta casi 60.000 millones de euros, mientras que el contagio de la situación a Portugal e Irlanda ha supuesto 20.000 millones euros para las entidades europeas. La presión de los mercados sobre Bélgica, Italia y España ha elevado la cantidad del impacto que tiene la crisis de deuda soberana en los bancos europeos hasta los 200.000 millones de euros. Si se añaden las exposiciones a otras entidades financieras europeas, en las que los precios de los activos se han depreciado de forma paralela al incremento de las preocupaciones soberanas, los efectos totales estimados alcanzarían los 300.000 millones de euros.
Por su parte, Junta Europea de Riesgos Sistémicos, un nuevo órgano de la UE creado para prevenir futuras crisis, lanzó ayer su primera alerta en la que avisa del fuerte aumento de riesgos para la estabilidad del sistema financiero comunitario por el agravamiento de la crisis de deuda. «La gran interconexión en el sistema financiero de la UE ha conducido a un aumento rápido del riesgo de contagio significativo. Ello amenaza la estabilidad financiera de la UE en su conjunto y afecta negativamente a la economía real en Europa y más allá», advirtió.
«Los supervisores deben coordinar sus esfuerzos para reforzar el capital bancario», señaló. La Junta Europea de Riesgos Sistémicos recomendó a los Estados miembros que utilicen ayudas públicas si es necesario y que examinen de forma «transparente y coherente» la exposición de las entidades a la deuda soberana de los países con problemas. También aconsejó utilizar el fondo de rescate de 440.000 millones de euros para «prestar a los gobiernos para que recapitalicen los bancos, incluso en los países que no están sujetos a un programa» de rescate. Los Veintisiete han acordado dar poderes al fondo para recapitalizar bancos, pero el cambio todavía no se ha ratificado por los parlamentos.