El Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que «una vez agotadas las opciones» para una recapitalización privada de la banca a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), puede ser necesaria la financiación pública para preservar la estabilidad del sistema bancario y rescatar entidades «problemáticas». Esta es una de las conclusiones que se extraen de un informe elaborado por un equipo del Programa de Evaluación del Sector Financiero (FSAP), liderado por el Departamento de Mercados Monetarios y de Capitales del FMI, que visitó España del 1 al 21 de febrero y del 12 al 25 de abril para llevar a cabo una actualización de la evaluación que realizó en 2006 sobre la fortaleza y estabilidad del sector financiero español.
El FMI da su visto bueno a la «profunda» reestructuración del sector de las cajas de ahorros, pero señala que «la capacidad para soportar la necesidad de ajustes difiere significativamente según entidades». En el informe se indica que «los bancos más grandes parecen suficientemente capitalizados y tienen una alta rentabilidad para soportar un mayor deterioro de las condiciones económicas, pero las vulnerabilidades persisten en otros bancos que dependen de apoyo público, y el sector, considerado en su conjunto, permanece vulnerable a las distorsiones persistentes en los mercados de financiación».
La evaluación del organismo internacional confirma la necesidad de «continuar profundizando en la estrategia de reforma del sector financiero, para solucionar las vulnerabilidades que persisten y construir fuertes colchones de capital en el sector. Una estrategia cuidadosamente diseñada para sanear los balances de las instituciones débiles lo más rápido y mejor posible es esencial para evitar cualquier impacto adverso sobre los bancos más sólidos», defiende. Además, la prioridad en la siguiente etapa de la estrategia de reforma del sector financiero debería ser tratar de forma global y efectiva los activos problemáticos en las carteras bancarias (legacy assets), añade.
El documento del FMI identifica diez bancos como «vulnerables», de los cuales cinco ya han sido adquiridos o fusionados con otras entidades solventes y otros tres están en procesos de subasta. Para los dos restantes, «en particular el del mayor tamaño» -Bankia-, que han recibido el visto bueno del supervisor para cumplir con las exigencias de la reforma, los expertos del FMI aconsejan tomar medidas «rápidas y decisivas para fortalecer sus balances y mejorar su gestión y su gobierno corporativo».
El FMI también señala que aunque la posición de liquidez ha mejorado y la financiación del Banco Central Europeo (BCE) ha ofrecido cierto alivio, «los bancos españoles necesitan continuar fortaleciendo sus colchones de capital de forma que puedan acceder libremente a los mercados financieros de financiación».
Para el FMI, la «prioridad» para la próxima fase de la estrategia de reforma financiera debe ser «abordar de forma efectiva y completa los activos problemáticos en las carteras bancarias». Según el organismo, «hay una variedad de opciones para la gestión de los activos dañados, incluyendo su mantenimiento en los balances de los bancos o el establecimiento de sociedades públicas o privadas especializadas de gestión de activos».