El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha reconocido que la situación «no puede ser más grave» para el empleo, tras cerrar 2011 con una tasa de paro del 22,9% y con la destrucción de más de 600.000 puestos de trabajo netos. También vaticinó en la sesión de control al Gobierno en el Congreso que las cifras del paro empeorarán a lo largo de 2012. Este pronóstico coincide con un estudio publicado por el Servicio de Estudios de BBVA, que calcula que este año se destruirán 2.000 empleos cada día. En media anual, la ocupación se reducirá el 4,2%, se alcanzará un techo de 5.700.000 desempleados, con una tasa de paro que repuntará hasta el 24,4% este año para escalar hasta el 24,6% el próximo.
Para luchar contra esta realidad, Rajoy dijo que su Ejecutivo presentará una «buena reforma laboral» que perseguirá el objetivo «básico» de fomentar el empleo. Rajoy explicó que el objetivo de la reforma será generar estabilidad en empleo, flexibilidad interna en las empresas y, sobre todo, facilitar mecanismos de ajuste alternativos al despido en momentos de crisis. El presidente también aseguró que es partidario de que la ordenación legal en este terreno cuente con el apoyo de las partes directamente implicadas, sindicatos y empresarios.
Por otra parte, durante su comparecencia en el Congreso para explicar los resultados de la última Cumbre europea, Rajoy apuntó que el PIB caerá este año «aproximadamente» un 1,5% del PIB, como augura el Banco de España. Además, señaló que el déficit público estará por encima del 8% del PIB frente al 6% comprometido y reveló que en la Cumbre pidió a los socios europeos que se exijan a España «esfuerzos realistas». En su opinión, «lo más urgente» es contar con unas cuentas públicas saneadas, punto fundamental para reducir la prima de riesgo y facilitar el acceso al crédito, dado que en estos momentos lo absorbe el sector público y no llega al privado.