Jaime Caruana, gobernador del Banco de España, aseguró ayer ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados que en el país no existe una burbuja inmobiliaria -precios desorbitados de las viviendas que anticipan un importante retroceso o caída-, pero reconoció que el precio de la vivienda está sobrevalorado y ya no responde a las lógicas expectativas de la demanda. Aunque Caruana lanzó un mensaje tranquilizador, al estimar que no se van a producir rápidos ajustes o movimientos bruscos de los precios en el sector inmobiliario, recomendó a bancos, cajas y cooperativas que frenen las concesiones de crédito.
Alertó el gobernador de la «brecha importante y creciente» que se está produciendo en el sistema financiero español entre préstamos y depósitos, ocasionada por el alto endeudamiento de empresas y familias, y por el descenso continuado del ahorro privado.
Ocurre que, con tipos de interés al 2%, bancos y cajas no tienen fácil la captación del dinero que prestan y hasta las cajas de ahorros, tradicionales recolectoras de pasivo barato, se están viendo obligadas a recurrir al mercado interbancario. Si la situación se prolonga, opinan fuentes del sector, las empresas podrían tener problemas de liquidez, algo que puede resultar grave para la necesaria recuperación de la inversión.
Fomento del alquiler
«El precio de la vivienda está hoy por encima de los valores que deben determinarlo, tales como los factores demográficos, los tipos de interés o los niveles de renta -observó el gobernador-, pero esa diferencia no alcanza cantidades que se puedan calificar de burbuja». «Esta valoración -continuó- se podría reconducir sin ajustes muy rápidos de precios, con aumentos más modestos del crédito hipotecario y del endeudamiento, y con medidas como la eliminación de las restricciones al suelo o el fomento de la vivienda en alquiler».
Ahora mismo, recordó, el crédito al sector privado residente se mantiene en una tasa del 14% anual -incluido abril, 16,41% en las cajas, frente al 8,32% en los bancos-, porcentaje que sube hasta el 20% en los préstamos para la compra de vivienda. Este ritmo de avance de los hipotecarios, alertó Caruana, no garantiza el equilibrio de las entidades a largo plazo. Máxime cuando el valor de la garantía real de los créditos -es decir, el de los inmuebles- no se puede proyectar de manera mecánica hacia el futuro.
En otras palabras, el gobernador del Banco de España advirtió de que el valor de las viviendas no seguirá subiendo a igual ritmo y añadió que las tasas de morosidad -hoy en mínimos históricos- se verán afectadas cuando los tipos de interés suban, como ocurrirá con toda probabilidad en el medio plazo.