Desde su incorporación a la Unión Europea (UE), el 1 de enero de 1986, España ha recibido 118.000 millones de euros de las arcas comunitarias, lo que le convierte en el Estado miembro que más ayudas ha obtenido. A partir de este año, los fondos comunitarios con destino español sufrirán un recorte drástico pero ello no impedirá que sea el segundo mayor perceptor de la lista, por detrás de Polonia.
La adhesión a la UE ha sido enormemente beneficiosa. Así, si en 1986 la renta media en España era del 72% en relación a la media comunitaria, el año pasado superó el 97,6% en el nivel de convergencia, lo que ha hecho que sólo cuatro regiones mantengan el mismo nivel de ayudas para los próximos años (2007-2013) al no superar aún el umbral del 75%. El empuje de los fondos ha hecho que en dos decenios los salarios per cápita subieran 3,5 veces, el empleo creciera dos puntos (anuales, con 300.000 nuevos puestos de trabajo por ejercicio) y los tipos de interés descendieran un 10%.
Estos datos figuran en el libro «La mayor operación de solidaridad de la historia: crónica de la política regional de la UE en España», elaborado por los profesores José Luis González Vallvé y Miguel Ángel Benedicto en colaboración con la Comisión Europea. Para los autores, los últimos 20 años han convertido a España en el país del mundo que «históricamente más se ha beneficiado por una corriente de solidaridad» proveniente de otros Estados.
Las administraciones territoriales (autonomías, municipios, diputaciones) han sido las que han gestionado de forma directa entre el 40% y el 70% de las asignaciones según cada caso. Andalucía ha sido, con mucho, la comunidad que más ayudas comunitarias ha recibido (una quinta parte del total), seguida de Galicia (8,7%), Castilla y León (8%) y la Comunidad Valenciana (7%). En el otro lado de la balanza están Murcia (2,8%), Cantabria (0,75%), Ceuta (0,2%) y Melilla (0,15%).
Financiación de infraestructuras
Sin embargo, a partir de este año las aportaciones comunitarias se reducirán notablemente debido a la ampliación de la UE y al gran crecimiento económico del país. Así, mientras entre 2000 y 2006 la media de fondos comunitarios asignados a España alcanzaba los 8.900 millones de euros anuales, entre 2007 y 2013 esa cifra apenas pasará de los 4.500 millones.
Pese a esta reducción, España se mantendrá como el segundo país perceptor después de Polonia, con 27.300 millones de euros previstos en fondos estructurales para los siete próximos años, junto a otros 3.250 millones del fondo de cohesión.
Buena parte de ese dinero se destinará, como hasta ahora, a nuevas infraestructuras. Así, el 72% del coste del AVE Madrid-Barcelona ha sido sufragado por la UE que, a su vez, también ha financiado cuatro de cada diez kilómetros de las autopistas y autovías del país.