Cuando se adquiere un animal de compañía para el hogar son varios los factores que es conveniente considerar para realizar una correcta elección. Así, aspectos como la cantidad de cuidados que precisa el animal en cuestión, su propio nivel de actividad o incluso la clase de vivienda en la que le tocará vivir, entre otros, adquieren un papel principal en la decisión.
Desgranando estos factores se logrará acertar con la especie o raza de la mascota que más se adapte al hogar en el que se vive.
Vivienda
En el caso concreto de los perros, por poner un ejemplo ilustrativo, la opción más indicada consiste en procurar que la elección del animal se adecue a la casa o piso que se posee. De esta forma, si se trata de un apartamento pequeño, no superior a los sesenta metros cuadrados, una recomendación sería escoger una raza de can de tamaño pequeño o mediano.
Si por el contrario, la casa es grande y diáfana, superando los ciento veinte metros cuadrados, o incluso si se cuenta con jardín, sus moradores se podrán decantar por un perro de mayores dimensiones. Por lo tanto, aunque no haya una correlación directa, es aconsejable compensar la falta de espacio con paseos al aire libre, más frecuentes y de mayor duración.
Actividad
Siguiendo con el ejemplo de los canes, la actividad de un perro no sólo determina el tipo de alimentación que necesita para su desarrollo, sino que también puede ayudar la clase de raza más apropiada para persona y cada hogar. De esta forma, si la mascota es especialmente activa, no es muy conveniente para pisos pequeños, más que nada porque demandará espacio para el esparcimiento.
Características y utilidades
Además del semblante y el tamaño, también es recomendable tener en cuenta que algunas razas, sobre todo en los perros, dadas sus propias características y sus orígenes, son más indicadas para algún tipo de actividad concreta, tales como el rescate, el mushing, etc. Igualmente existen razas que no son las más adecuadas para una actividad específica, como animal de compañía, de vigilancia, de rescate, entre otras muchas.
Con todo ello, poniendo sobre la mesa las ventajas y desventajas de estos factores, la elección de la raza de la mascota que se desea será más acertada y se adaptará mejor a la convivencia en el hogar en el que se vive, sin dejar al margen las propias necesidades del animal elegido.
