¿Podremos mantener un tercer hijo? La mayoría de las parejas españolas respondería que no a esta pregunta y esgrimiría como uno de sus principales argumentos la falta de ayudas institucionales. Aunque España es el país de la Unión Europea con la tasa de natalidad más baja, dedica cuatro veces menos recursos a ayudas familiares que sus vecinos europeos. Sólo País Vasco y Cantabria contemplan planes específicos de ayuda a la familia. Por esta razón, las familias numerosas reclaman una regulación que contemple sus necesidades actuales y la creación de políticas familiares que tengan en cuenta la conciliación de familia y trabajo.
Los padres optan por el hijo único, seguido de la parejita
En España más de un millón y medio de familias están englobadas en la categoría de familia numerosa. Son familias que tienen tres o más hijos en un momento en el que España se ha situado entre los países más envejecidos del mundo. Su índice de natalidad es de 1,7 hijos por mujer, cuando lo necesario para asegurar el reemplazo generacional es una tasa de 2,1, según el Instituto Nacional de Estadística. En la última década, las mujeres españolas han retrasado la edad de maternidad, lo que hace que tengan su primer hijo después de los 30 años. Si se continúa con esta tendencia, el envejecimiento de la población provocará que la proporción entre los trabajadores activos y los jubilados, que era de cinco a uno en 1990, descienda hasta poco más de tres en 2020. Estos datos son los responsables de que muchos jóvenes, y no tan jóvenes, se pregunten qué pasará con las pensiones en un futuro.
Según el resultado de un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, las familias eligen en su mayoría tener un solo hijo. Desde hace 7 años, más de la mitad de los bebés son primogénitos. De cada cien niños nacidos en 2000, 53 eran el primer hijo y 36 el segundo. Sólo ocho de cada 100 bebés son el tercer hijo. Estas estadísticas muestran un cambio de hábitos y de prioridades en una sociedad en la que la mujer adquiere cada día un mayor protagonismo. La conjunción de dos realidades ha provocado esta transformación. Por un lado, la presencia de la mujer en el mercado laboral es cada vez mayor y la falta de ayudas y, en muchas ocasiones, la existencia de obstáculos en las propias empresas, convierten a la maternidad y a la carrera profesional en dos opciones incompatibles. Por otro, el elevado coste de la vivienda, transporte y artículos de primera necesidad, como pañales y medicinas, han provocado que el modelo tradicional de familia haya dado paso a este nuevo patrón de maternidad. Alarmados por el creciente envejecimiento de la población y por la involución demográfica, desde los organismos estatales españoles y europeos se pide a las familias que tengan más hijos. En el caso español, sin embargo, esta petición no va acompañada de planes de ayuda específicos semejantes a los europeos en los distintos campos, desde el laboral hasta el fiscal, sin olvidar el terreno social y jurídico.
Ayudas estatales
Una familia que decida tener un tercer hijo debe saber que, aunque se le conceda el título de familia numerosa, no por ello va a gozar de ayudas estatales semejantes a las que existen en otros países comunitarios, como Alemania o Finlandia, donde tener hijos es una opción apoyada y financiada por el Estado.
En España cada comunidad autónoma establece sus propias ayudas en los diferentes campos: educación, transporte y vivienda. Las únicas ayudas en las que coinciden todas las autonomías es en las desgravaciones fiscales por hijo a cargo y las desgravaciones por nacimiento, aunque con diferencias en las cantidades.
Estas son las diferentes ayudas que concede el Estado:
Ayudas estatales en el tratamiento fiscal de los hijos en el tramo del IRPF:
- Deducción fiscal por un importe de 1.202, 02 euros (200.000 pesetas) por el primer y segundo hijos solteros menores de 25 años y de 1.803, 04 euros (300.000 pesetas) por el tercero y posteriores.
- Se pueden desgravar, además 300,51 euros (50.000 pesetas) por hijo menor de 3 años y 150, 25 E (25.000 pesetas) por hijo de entre 3 y 6 años.
- A partir del tercer hijo estas cantidades se incrementan en 601,01 euros (100.000 pesetas).
Ayudas estatales por hijo a cargo
- Prestación por nacimiento: a partir del tercer hijo y posteriores se concede una ayuda de 450, 76 euros (75.000 pesetas). También se concederá si la renta no excede de 1.481.951 pesetas y si se tienen dos hijos, añadiendo un 15% por cada hijo más que se tenga.
- Prestación por hijo a cargo:
- Hijo a cargo menor de 18 años: 291, 02 euros anuales (48.422 pesetas) si los ingresos familiares son inferiores a 1.288.655 pesetas, incrementándose la cuantía máxima en un 15% por cada hijo a partir del segundo.
- Hijo menor de 18 años con discapacidad igual o superior al 33%: prestación de 581,66 euros anuales (96.780 pesetas).
- Hijo menor de 18 años con discapacidad igual o superior al 65%: prestación de 3.012 euros anuales (501.155 pesetas)
- Hijo menor de 18 años con discapacidad igual o superior al 75%: prestación de 4.518 euros (751.732 pesetas)
- Prestación por partos múltiples: Pago único de carácter universal, de 1.768,80 euros (294,304 pesetas) por gemelos o mellizos, 3.537,60 euros (588.607 pesetas) por trillizos y 5.306,40 euros (882.911 pesetas) por cuatrillizos o más.
Ayudas en la vivienda
- Preferencia en la VPO (viviendas de protección oficial) con determinados requisitos
Ayudas en el transporte
- Descuento en transporte interurbano (autobús, ferrocarril, barco y avión con la línea Air Europa).
- 1ª categoría: 20%
- 2ª categoría: 40%
- 3ª categoría: 50%
Ayudas en educación
- Descuento en Matrículas y Tasa Universitarias
- 1ª categoría: 50%
- 2ª categoría: 100%
Otras ayudas
- Reducción del 50% en el Impuesto de matriculación
Al margen de estas ayudas y subvenciones de carácter nacional concedidas por el Gobierno, cada comunidad establece su política de ayudas. Mientas que Cataluña destaca sobre el resto de comunidades por prever una subvención de 360 euros al año para el gasto de guardería, La Rioja estima ayudas económicas en la adquisición de libros de texto y segunda vivienda. Otras, como Castilla La-Mancha y Valencia, dirigen la mayor parte de sus ayudas a los transportes públicos, con un 50% de descuento en el autobús dentro de la comunidad. Pero las únicas comunidades que se esfuerzan por llevar a cabo políticas de protección familiar son la Comunidad Autónoma Vasca y Cantabria.
Modelo vasco y Plan de Apoyo a las Familias
La Comunidad Autónoma vasca es pionera en medidas de apoyo a la familia respecto al resto de la comunidades. Su ejemplo lo ha seguido Cantabria, que acaba de aprobar la entrega de 100 euros al mes por niño hasta los tres años. Sin embargo, todavía están muy lejos de alcanzar el envidiable bienestar social que poseen las familias europeas.
En el País Vasco hay un total de 52.830 familias numerosas, el 15% de la población vasca, repartidas en Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, se pueden beneficiar del Plan de Apoyo a las Familias, elaborado por el Gobierno vasco y aprobado el 18 de abril de 2002. Este plan, dotado con 96 millones de euros, contempla ayudas económicas y fiscales a nacimientos, familias numerosas, partos múltiples y excedencias. “Se otorgará una única subvención que ascenderá a 1.200 euros (200.000 pesetas) para el segundo hijo y 3.000 euros (500.000 pesetas) para el tercero. Estas subvenciones de carácter universal ascienden a los 3.000 euros para el nacimiento del cuarto descendiente y sucesivos. El Ejecutivo vasco también contempla subvenciones en el caso de parto múltiple, y para los trillizos aportará una cantidad de 9.000 euros (1.500.000 de pesetas) anuales hasta los tres años y 6.000 euros (1.000.0000 de pesetas) anuales hasta los 10 años, entre otras ayudas”, señala la Ley.
Natalia Díez-Caballero, directora de la Federación de Asociaciones de Familias Numerosas de Euskadi, Hirukide, afirma que estas medidas no son suficientes. “El plan queda algo descafeinado, se han quedado fuera las ayudas educativas al no ponerse de acuerdo ayuntamientos y Gobierno vasco sobre las escuelas infantiles. Aún hay muchas familias numerosas que se han quedado sin ayudas, al beneficiarse de este plan sólo aquellas familias con hijos menores de cinco años”. Así aparece en el decreto del Gobierno vasco aprobado en agosto de 2000, en el que se contemplan otras medidas como las reducciones de jornada, que se caracterizan por una “discriminación positiva”. Koldo Eguren, presidente de Hirukide, asociación que cuenta con más de 1.500 familias, demanda una política familiar que acabe con la discriminación que sufren frente a otros ciudadanos, y que se sitúe al mismo nivel que otras políticas existentes en Europa. “Me gustaría que hubiera una menor carga fiscal, ayudas económicas directas o reducciones en impuestos municipales. En cuanto a la vivienda, considero que las viviendas de protección oficial deberían ser más grandes”.
Otra de las peticiones más comunes por parte de los representantes de familias numerosas es el deseo de que no paguen más impuestos por el hecho de tener más hijos. Así lo ratifica Jon Gabiña, director de Sustainable World Prospective Institute (Instituto de Perspectiva Social de Sostenibilidad). “Lo que se está promoviendo en estos momentos son las deducciones fiscales, pero yo me pregunto por qué no hacemos reducciones fiscales. En teoría, cuando una persona trabaja tiene el derecho a descontar de su sueldo todo lo que sea un gasto paranormal, pero se da el caso que en muchas familias trabajan los dos padres y se ven obligados a contratar a alguien para que cuide esos niños, ese gasto se debería reducir del sueldo bruto. Lo mismo debería ocurrir con la baja por enfermedad de los niños. Esto se debería pagar con los presupuestos públicos”, reclama.
En el caso del País Vasco, el gobierno autonómico se va a gastar en los cuatro próximos años un total de 300 millones de euros en ayudas familiares. “Creemos que la legislación familiar se tiene que hacer unida a la legislación laboral, sobre todo en lo referente a la conciliación familia-trabajo”, explica Manuel Vigo, viceconsejero de Inserción Social del Gobierno vasco.
Ley 25/1971 y Plan Integral de Apoyo a la Familia
La media europea dedicada a las políticas familiares es del 8,1% del PIB, mientras que en España es del 2,1%. Este es uno de los motivos principales por los que las diversas asociaciones y federaciones españolas, desde las correspondientes comunidades autónomas, exigen que se revise y se modifique la Ley actual para dar respuesta a las necesidades actuales.
Las Familias numerosas se encuentran reguladas en el marco legislativo por la Ley 25/1971 de 19 de junio, de Protección de las Familias Numerosas. Esta ley destaca por las pocas modificaciones que ha experimentado a partir de las exigidas por la Constitución de 1978. El primer cambio tuvo lugar con la aprobación del Real Decreto 1801/1995 de 3 de noviembre, que contempla medidas fiscales, administrativas y de orden social en materia de ampliación del concepto de familia numerosa. Estas nuevas disposiciones, en vigor desde el 1 de enero de 1995 ampliaron la consideración de familia numerosa a partir de tres hijos.
La novedad más reciente, en cuanto a políticas familiares, se centra en el denominado Plan Integral de Apoyo a la Familia 2001-2004, aprobado el pasado 10 de noviembre por el Consejo de Ministros. En él queda clara su intención de incidir en el aumento de la tasa de natalidad, pero también se contempla una ayuda especial a las familias numerosas y una compensación adicional a partir del tercer hijo. Se prevé la creación de una nueva ley de protección a las familias numerosas, tomando como punto de partida las conclusiones de la ponencia de la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales del Senado, con el fin de analizar la situación de las familias numerosas en España.”No podemos regirnos por una ley de hace 30 años. Seguimos esperando que se apruebe la Ley de Familias Numerosas anunciada por el Gobierno. Pedimos que se tenga en cuenta a la Federación a la hora de redactar la ley. Somos el colectivo que representa a los destinatarios del texto legal y el que mejor conoce su realidad y sus necesidades”, exige José Ramón Losana García, presidente de la Federación Española de Familias numerosas.
A la espera de esta ley, el Gobierno ha anunciado un nuevo programa de familia que se pondrá en marcha a través de los ayuntamientos y las comunidades autónomas. Entre las medidas de apoyo a las familias numerosas señalan la bonificación de hasta el 90% en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), la preferencia para acceder a las viviendas de protección oficial frente a otras familias y el compromiso con las compañías de gas, electricidad y agua para aplicar tarifas especiales a las familias numerosas.
España a la cola de Europa
España ocupa el último lugar, por detrás de Grecia y Portugal, en política de ayuda familiar. En un informe elaborado para la fundación La Caixa, el sociólogo Flaquer estima que, por término medio, los países de nuestro entorno gastan siete veces más que España en subsidios familiares. En Europa las ayudas a las familias numerosas se materializan a través de los subsidios familiares y las desgravaciones fiscales.
Ayudas en Europa
En Alemania es necesario optar entre el subsidio familiar y la desgravación fiscal. Las asignaciones por hijo oscilan entre los 270 marcos mensuales por cada uno de los dos primeros hasta los 350 marcos del cuarto y siguientes. Una familia de cuatro hijos recibe al mes más de 100.000 pesetas.
En Francia las familias reciben estos desembolsos del Estado a partir del segundo hijo y éste aumenta a medida que la familia crece.
En Bélgica, el importe aumenta con la edad de los menores. Es un sistema que también se aplica en Luxemburgo, Austria y Holanda.
En Suecia existe una asignación anual base por cada hijo que ronda las 140.000 pesetas.
Respecto a la fiscalidad, el sistema que establece una discriminación más favorable en razón del número de hijos es el francés. Reduce el número de cociente familiar y determina el tipo de la tarifa del impuesto como el resultado de dividir las rentas acumuladas de los cónyuges por un divisor en función del número de hijos.
Bélgica, Francia, Italia, Dinamarca y Suecia han marcado la pauta en ayudas concedidas para guarderías públicas o subvencionadas para niños de tres años superando el 80%. Francia, por su parte, ha combinado el sistema de guarderías con incentivos a la contratación de niñeras a domicilio. Entre las ayudas en metálico y las desgravaciones, las familias cubren el 70% del coste bruto. También existen subsidios para cuidados infantiles no especializados para familias en la que ambos padres trabajan. La mitad de los gastos son desgravables.
En Noruega y Dinamarca la responsabilidad recae en las administraciones locales. En Italia, junto a los llamados nidos de infancia, funcionan las escuelas maternales, prácticamente gratuitas y a cargo del Estado.