Dar a luz o adoptar un hijo tiene, desde el pasado 3 de julio, más incentivos económicos que nunca en España. Con la ayuda de 2.500 euros anunciada por el Gobierno español por cada hijo que nazca o sea adoptado en el seno de una familia legalmente establecida en España, nuestro país intenta acercarse a las prácticas que desarrollan otros países europeos en este sentido, aunque todavía se mantiene lejos de ellos. En Noruega, las familias reciben 103 euros al mes por cada hijo menor de 18 años, lo que equivale a 1.236 euros anuales y a 22.248 euros hasta que el menor alcanza la mayoría de edad. En Alemania, el Estado contribuye con 1.656 euros al año a la manutención de cada hijo menor de 18 años y en Dinamarca, la cuantía alcanza los 1.572 euros anuales. Según datos de la agencia de estadísticas europea Eurostat, España es el país de la Unión que menos dinero dedica a familia e infancia, con un 0,7% de su PIB, frente al 2,1 % que destina la media de la UE, es decir, tres veces menos. Incluso los permisos de maternidad en España son los más bajos de todo el continente. Por tanto, con la nueva iniciativa, España busca acortar distancias y conseguir un aprobado raspado en ayudas a la familia.
Una ayuda sin letra pequeña
Entre las características más aplaudidas de esta nueva ayuda destaca la de ser universal, es decir, la de no hacer distinciones de ningún tipo ni siquiera en función del volumen de renta de la familia. En principio, está previsto que el subsidio sea otorgado de dos formas, que en ningún caso tendrán repercusiones negativas para los hogares: si se realiza la ayuda como deducción fiscal, para quienes pagan impuestos, el subsidio ayudará a rebajar la carga impositiva de los contribuyentes, lo que podría incrementar notablemente su devolución o, en caso de tener unas rentas elevadas de varios pagadores, por ejemplo, significaría aminorar el pago de los mismos en su declaración del IRPF. Por otra parte, si el subsidio adopta el carácter de ayuda directa, los contribuyentes recibirán un cheque o transferencia bancaria del que podrán disfrutar sin tener que dar más cuentas a nadie, ni siquiera a Hacienda. Simplemente, tendrán que solicitar la ayuda rellenando un formulario en las oficinas de la Agencia Tributaria o de la Seguridad Social.
Este tipo de ayudas directas están exentas de tributación. Por lo tanto, nadie correrá el riesgo de tener que declararlas y de preocuparse por si Hacienda podría considerarlo como ingresos procedentes de un segundo pagador, ajeno al que proporciona los ingresos estables del contribuyente.
Este tipo de ayudas directas están exentas de tributación
La misma consideración tienen también las prestaciones públicas extraordinarias por actos de terrorismo y las pensiones derivadas de medallas y condecoraciones concedidas por acto de terrorismo. José Ramón Chirivella, experto fiscalista de Bancaja, asegura que “en este mismo sentido también están exentas de tributar numerosas becas de estudios, los Premios Príncipe de Asturias y otros numerosos premios literarios, las ayudas a deportistas de élite, los premios de las loterías y apuestas del Estado”.
Las otras ayudas
La medida recientemente anunciada se suma a otra variada gama de subsidios de carácter estatal, aunque de menor cuantía:
- Las madres trabajadoras. Tienen derecho a percibir 100 euros hasta que su hijo cumpla tres años. A esta ayuda pueden optar todas las madres con empleo remunerado que trabajen fuera de casa, independientemente de su nivel de renta. El Estado da la opción de recibir esta paga mes a mes o de manera global al realizar la declaración de la renta cada año.
- Subsidio por familia numerosa. Por cada hijo que se tenga, a partir del tercero, el Estado asigna un pago de 450,76 euros. Como condición para obtener esta ayuda, los ingresos de la unidad familiar no podrán superar la cuantía establecida en la Guía de Ayudas Sociales a las familias que se edita cada año. En 2007, esa cantidad es de 9.328,39 euros, lo que limita bastante la obtención de este subsidio. De hecho, desde la Federación Española de Familias Numerosas calculan que más del 90% de las familias no puede acceder a este tipo de prestaciones, porque superan el nivel de renta marcado. Si los ingresos anuales de la unidad familiar no son superiores a 9.328,39 euros, más un 15% por cada hijo a partir del segundo, incluido éste, la asignación será de 291 euros al año.
- Por adopción o parto múltiple. En estos casos también se tiene derecho a obtener una ayuda igual a cuatro veces el salario mínimo interprofesional, SMI, (establecido en 570,60 euros al mes para el año actual) en el caso de tener o adoptar dos niños (es decir, 2.282 euros). Si son tres, la cuantía asciende a ocho veces el SMI (4.564 euros).
Deducciones autonómicas
En el ámbito autonómico se contempla un mayor número de ayudas a la familia o deducciones, compatibles con las mencionadas anteriormente.
En Andalucía, por ejemplo, los contribuyentes pueden deducirse 50 euros por hijo menor de tres años y, en caso de adopción internacional, tendrán derecho a deducirse 600 euros por cada hijo adoptado en el periodo impositivo, siempre que su base general imponible no supere los 36.000 euros.
En la Comunidad Autónoma de Aragón, la deducción por hijo es de 500 euros por cada nacimiento o adopción del tercer hijo o sucesivos. La cuantía se eleva a 600 euros cuando los contribuyentes han adoptado un niño extranjero.
En Canarias, las deducciones por nacimiento o adopción van desde los 150 hasta los 600 euros. En esta comunidad, también aplican deducciones por gastos de guardería de hijos menores de tres años.
En Castilla la Mancha, la deducción por cada hijo nacido o adoptado asciende a 100 euros, mientras que en Castilla León, la cuantía oscila entre los 107 y los 535 euros, según el número de descendientes.
En Galicia es de 300 euros por cada hijo nacido o adoptado y de 360 euros por hijo en caso de parto múltiple.
En las Islas Baleares y Murcia, la deducción más importante relacionada con la familia se aplica por gastos de adquisición de libros de texto, ayudas que también contempla la Comunidad Valenciana.
En Madrid, las deducciones por el nacimiento o adopción de hijos van desde los 600 euros, en el caso del primer hijo, hasta los 900 euros al tener el tercer hijo y sucesivos.
En La Rioja, por su parte, las cantidades van desde los 150 euros por el nacimiento o adopción del segundo hijo a los 180 euros por el tercero y siguientes.
En el País Vasco, las deducciones a la familia más importantes se aplican a los contribuyentes con descendientes a su cargo y que convivan con ellos. La cuantía es de 479 euros por el primer descendiente, de 588 euros anuales por el segundo, 885 euros anuales por el tercero, 1.145 euros anuales por el cuarto y 1.561 euros anuales por el quinto y siguientes. Cuando el descendiente es menor de seis años, la deducción se incrementa en 261 euros anuales. La peculiaridad de esta medida es que se continúa aplicando aunque el hijo tenga más de 18 años, aunque con el tope de 30 años, salvo que sea discapacitado, en cuyo caso el contribuyente podrá seguir disfrutando de la deducción. Por adoptar un hijo, en esta comunidad autónoma aplican una deducción de 625 euros, con carácter general. Además, contemplan deducción por abono de anualidades por alimentos.
En Valencia, la deducción asciende a 255 euros por cada hijo nacido o adoptado siempre que conviva con el contribuyente y a 210 euros en caso de nacimiento o adopción múltiple. Las deducciones por familia numerosa oscilan entre los 190 y los 435 euros, en función de si se cataloga como categoría general o categoría especial.
España no llega al aprobado
Pese a las numerosas ayudas y deducciones contempladas en España, nuestro país no alcanza el aprobado en esta materia en Europa. España es, junto con Polonia, el país europeo que menos porcentaje de su PIB (Producto Interior Bruto), dedica a la familia, el 0,7%. Este dato contrasta con el 3,9% de Dinamarca y Luxemburgo.
Precisamente, Luxemburgo, Dinamarca, Suecia o Irlanda destinan de media a políticas familiares 1.400 euros persona/año (tres veces más que la media europea). En el otro lado de la moneda se encuentran España, Italia, Portugal y Grecia, que son los países de la zona euro que menos ayudan a la familia, con pagos, hasta ahora, de 134, 168, 265 y 268 euros anuales, en cada caso. En el ámbito de la Unión Europea (que integra a los nuevos Estados miembros), Polonia, Lituania, Letonia o Malta destinan una media de 82 euros a políticas familiares, cifra que ni siquiera llega al 18% de la media europea. Teniendo en cuenta las cifras globales y según el Instituto de Política Familiar, los gastos sociales que se destinan a la familia son todavía escasos. “Europa destina 1 euro a la familia de cada 13 euros que dedica a gastos sociales”, afirma el Informe sobre la Evolución de la Familia en Europa en 2007.
España es, junto con Polonia, el país europeo que menos porcentaje de su PIB dedica a la familia, el 0,7%
En España uno de los grandes vacíos que se ha intentado suplir con la anunciada ayuda de los 2.500 euros anuales es el de equipararse a las prácticas europeas y ampliar su cobertura a toda la sociedad, independientemente del nivel de renta familiar. Una vocación universal que ya formaba parte de las ayudas de otros países como Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Grecia, Reino Unido, Suecia…
Sin embargo, una de las deficiencias que todavía no ha conseguido cubrir España es otorgar una prestación universal por hijo a cargo hasta los 18 años, como existe en la mayoría de países de Europa. Alemania es uno de ellos, donde el Estado puede llegar a ayudar a una familia de dos hijos y hasta los 18 años de edad con más de 65.000 euros o con tres hijos, con casi 100.000 euros. En Luxemburgo, la ayuda para una familia con dos hijos puede alcanzar los 148.000 euros o rebasar los 158.000 en caso de tres descendientes.
Las diferencias también son notables en el capítulo de bajas por maternidad remuneradas. En España la ley contempla un total de dieciséis semanas de baja, lo que nos sitúa en el octavo lugar del ránking en Europa. A la cabeza de la clasificación se sitúa Suecia, donde las madres pueden llegar a disfrutar de permisos por maternidad de hasta 96 semanas. En Noruega, la baja es de 52 semanas como máximo y en Reino Unido, de 40.