Quienes al volver de vacaciones hayan encontrado su cartera de valores disminuida de manera notable, pueden tener dudas respecto a su posición en Bolsa: ¿mantener los valores o venderlos con sus minusvalías correspondientes? La decisión es difícil. Una serie de consejos pueden ayudar a mantener una estrategia que evite reincidir en los errores cometidos y no correr riesgos innecesarios.
Respuestas para las principales dudas
A la vuelta de las vacaciones, pequeños y medianos inversores se habrán encontrado con la desagradable sorpresa de que sus acciones valen menos dinero. Ello se debe a los fuertes recortes que han afectado a las Bolsas internacionales, y en especial al Ibex-35, que ha llegado a tantear los 7.500 puntos, como consecuencia de los temores a una nueva recesión en el mundo y debido a los problemas dentro de la Unión Europea: el rescate a Grecia y la deuda de los países periféricos. Este explosivo cóctel ha originado que las Bolsas de medio mundo se tambaleen y el pánico se apodere de los inversores.
¿Qué puede hacer un ahorrador cuya inversión vale un 10% o 20% menos que antes de sus días de descanso? Lo cierto es que puede hacer poco y casi todas las estrategias pasan por armarse de paciencia para capear el temporal u optar por asumir las minusvalías y situarse en liquidez.
Una Bolsa a la baja es una oportunidad para los inversores a largo plazo
Esta tensa situación, sin embargo, supone para los inversores a largo plazo la oportunidad de entrar en los mercados a precios más atractivos y con mejores opciones de contratación.
A pesar de la difícil coyuntura económica, hay respuesta para las principales dudas sobre cómo actuar en Bolsa en las próximas semanas.
- 1. ¿Que hacer ante las minusvalías de mi cartera de valores?
Ante todo, conviene ser prudentes y no dejarse llevar por impulsos derivados del pánico, que son malos consejeros. Si no se han vendido todavía las acciones, y en función de las estrategias de cada inversor, se puede optar por dos alternativas.
Si las miras van dirigidas al largo plazo, hay que olvidarse de la evolución de las cotizaciones diarias. Dentro de tres o cuatro años se habrá alcanzado, si no superado, el precio de la compra, así como los cobros devengados a través de los dividendos, que oscilan entre un 3% y 8%, en el caso que haga efectivo este tipo de pago al accionista.
Si se desea estar en liquidez, la mejor alternativa es vender las acciones y aprovechar los repuntes que ocurrirán sin lugar a dudas en los mercados bursátiles.
2. ¿Puedo hacer una rotación de valores para limitar las pérdidas?
Las pérdidas en la renta variable afectan a todas las plazas bursátiles, índices y sectores sin excepción, aunque es cierto que no a todos con la misma intensidad.
Por lo que se refiere a los mercados bursátiles, son los norteamericanos y el alemán los que menos ventas generan entre sus clientes. Por sectores, es el financiero (bancos, aseguradoras, etc.) el más sensible a los fuertes recortes en la renta variable, debido a que están más expuestos a los problemas económicos de la Unión Europea.
Desde este punto de vista, se podría trasladar la cartera de valores hacia mercados con mejor evolución que el español (USA y Alemania) o cambiar los valores de sectores más sensibles a las bajadas hacia otros de corte más defensivo (telecomunicaciones, autopistas, farmacia…), que podrían mostrar en las próximas semanas un mejor comportamiento. Aplicar esta dinámica estrategia no impedirá que bajen aún más sus acciones, pero al menos lo harán con menos virulencia.
3. Necesito liquidez, pero no puedo vender las acciones porque estoy perdiendo mucho dinero.
Son numerosos los inversores que atraviesan por esta situación de difícil solución, que dependerá del grado de necesidad económica y perfil de cada usuario.
No obstante, algunas entidades incorporan a su actual oferta una gama de créditos confeccionados para que el usuario no se desprenda de sus acciones y genere una mala venta con muchas pérdidas. Si el inversor se acoge a uno de ellos se podrá solucionar este problema, aunque tendrá que abonar un tipo de interés que oscila entre el 7% y 9%, más posibles comisiones, algo que encarecería el producto hasta un 2% adicional, como máximo.
4. ¿Espero a vender hasta que la Bolsa se recupere?
Es una decisión muy arriesgada, ya que se desconoce cuándo iniciará la tendencia alcista. Nadie se atreve a pronosticarlo y pueden ser meses, años… No se debe pensar en esta opción (ni en una probable subida) a no ser que el plazo de inversión vaya dirigido al más largo, para más de dos o tres años.
La tendencia de la Bolsa vendrá determinada por cómo se canalicen los problemas de la Unión Europea y el grado de activación de las economías mundiales. No se puede descartar que en los próximos meses haya sorpresas que determinen la evolución de las Bolsas a corto y medio plazo.
5. ¿Asumo mis pérdidas y vendo todas mis acciones?
Es una opción que se puede aplicar en función de las necesidades de cada inversor. En los casos en que el capital invertido no sea demasiado elevado (entre 1.000 y 6.000 euros), se puede asumir y optar por otras estrategias de inversión a la espera de que la Bolsa sea más atractiva.
Los mercados bursátiles se encargarán de dar señales de compra puntuales y oportunas, lo que no sucede a día de hoy.
6. ¿Es buen momento para entrar en Bolsa a los precios actuales?
Es innegable que los precios de algunas acciones pueden resultar muy interesantes para los compradores, sobre todo las del sector bancario, donde grandes valores cotizan a precios por debajo de sus expectativas empresariales. Sin embargo, la actual coyuntura económica las puede hacer bajar en cualquier momento.
Hay que actuar con cautela y esperar a que los problemas que lastran las Bolsas internacionales se resuelvan. De no ser así, y aunque haya precios atractivos, la mejor opción es estar en completa liquidez y no realizar ninguna operación en Bolsa.
7. ¿Puedo aprovecharme de la actual tendencia bajista de la Bolsa?
Sí. Hay productos que permiten obtener rentabilidad cuando los índices, sectores o valores bajan. Pero hay que tener cuidado, ya que esta estrategia requiere de un profundo conocimiento por parte de los usuarios.
Si el inversor se decantara por esta alternativa, debería ser a través de importes muy limitados, que nunca afecten a su liquidez.
8. ¿Hay señales que indiquen que la Bolsa se va a recuperar de cara al fin de año?
Esta es una pregunta que ni los expertos más experimentados saben responder. Es tradición que el último trimestre del año sea alcista en las Bolsas, con el «rally navideño» que impulsa las cotizaciones de las empresas integradas en la renta variable. Pero en esta ocasión, la evolución de sus precios dependerá de variables más coyunturales: deuda europea, endeudamiento de los países, crecimiento económico, etc.
9. ¿No hay alguna varita mágica para aminorar mis pérdidas?
Es muy difícil encontrarla. En todo caso, dependerá de la evolución de la Bolsa en las próximas semanas o meses. Parece muy improbable que en las próximas sesiones el Ibex-35 vuelva al punto de partida de las bajadas iniciadas a comienzos del verano, en torno a los 9.500 y 10.000 puntos. Es más factible que a través de repuntes puntuales el índice de referencia nacional pueda acercarse a la barrera de los 9.000 puntos, donde se podrían aplicar ventas en función del precio de compra con que se haya formalizado la operación en la renta variable.
10. Si pierdo mucho dinero en mis operaciones, ¿qué puedo hacer?
Poco o nada. Aprender la lección para las próximas ocasiones y darse cuenta de que la Bolsa es una inversión muy seria, en la que se puede ganar mucho dinero, pero también perderlo.
Nunca hay que perder de vista que está expuesta a muchas variables, algunas de ellas exógenas, como terremotos, guerras, terrorismo…
Por ello, hay que saber cómo seleccionar los valores adecuados en cada momento y en qué instante realizar las compras y ventas. En momentos de turbulencia bursátil como el actual, lo más aconsejable es situarse en liquidez total para no correr riesgos innecesarios.
Ante el actual panorama económico, una de las mejores opciones para los ahorradores es situarse en situación de liquidez y optar por otra clase de inversiones menos agresivas. Incluso pueden decantarse por las adquisiciones inmobiliarias (pisos, apartamentos, garajes, etc.), donde hay verdaderas oportunidades.
Los consumidores deben reflexionar sobre las ventajas que les ofrece el hecho de disponer por entero de su capital, sin necesidad de recurrir a la renta variable para ampliarlo. Son, sobre todo, estas tres:
- Disponer de mayor operatividad para depositar los ahorros en productos más seguros procedentes de la renta fija, como los depósitos. A pesar de su baja rentabilidad en los últimos meses, pueden brindar hasta un 4% sin correr riesgos en los mercados financieros.
Tener más poder adquisitivo para hacer frente a sus gastos y caprichos: compra de electrodomésticos, viajes, artículos de ocio…
Gozar de tranquilidad, al no depender la economía familiar de los vaivenes de los mercados bursátiles.