Al mismo ritmo que ha evolucionado la oferta de transacciones que se realizan por Internet lo ha hecho el cibercrimen. Los hackers tienen la misma facilidad para acceder a una cuenta de una red social que para acceder a una cuenta bancaria. Sin embargo, el riesgo que se corre en este último caso es mayor, porque hay dinero de por medio. Pero hay maneras de protegerlo. En este artículo se dan cinco consejos que servirán para aumentar la seguridad de una cuenta online: desde usar códigos de confirmación y pedir notificaciones de las transferencias, hasta usar las aplicaciones oficiales de la entidad.
La ciberseguridad es una de las prioridades tanto de los usuarios como de los bancos. Y es que los ciberataques están entre los delitos que más rápido crecen. De hecho, según cálculos de la empresa Cybersecurity Ventures, en 2021 los desperfectos de los crímenes online supondrán seis trillones de dólares al año. Para evitar gran parte de estos ataques, los siguientes consejos son muy útiles.
1. Poner códigos de confirmación
Parece bastante obvio, pero no siempre se utiliza. Por defecto, la entidad pide al usuario unas contraseñas cada vez que intenta realizar una transacción, por muy sencilla que sea. Pero, en ocasiones, esta medida no es suficiente, puesto que para un hacker podría ser sencillo superar una única clave de confirmación.
Por ello, hay bancos que ofrecen medidas de seguridad extra. Alguna de ellas consiste en introducir un código de seguridad que se envía mediante un SMS, una clave de firma o un número concreto que se encuentra en la tarjeta de coordenadas. Si existen estas posibilidades, se debería solicitar a la entidad que las active y así aumentar la seguridad de la cuenta.
2. Notificaciones de cada transacción
Otra práctica que se puede llevar a cabo y que puede evitar muchos quebraderos de cabeza es activar las alertas al móvil. De esta forma, se recibe una notificación o un SMS cada vez que se produce un movimiento en la cuenta.
En general, los bancos lo notifican cuando la transacción realizada es de una cantidad de dinero elevada, pero se puede pedir que llegue la notificación, aunque sea de un importe muy pequeño. De esta forma, es posible detectar al momento cualquier movimiento monetario que no se haya ordenado. Las denuncias pueden ser mucho más ágiles y se podrá mitigarlo antes de que se convierta en un verdadero problema.
Imagen: FredCintra
3. No recordar las claves de acceso
Es recomendable que ni en el teléfono móvil ni en el ordenador se recuerden de forma automática las claves de acceso a la banca electrónica. De este modo, si robasen el smartphone o el equipo, los delincuentes no tendrían tantas facilidades para acceder a la información financiera.
Además, si se dispone de más de una cuenta bancaria y, por tanto, más de una aplicación o plataforma de banca electrónica, se tendrían que utilizar contraseñas diferentes. Así, en caso de tener la mala suerte de que descifran las claves de una cuenta, no tendrían acceso automático a otras.
4. Descargar la app oficial del banco
Los bancos, por lo general, tienen más de una aplicación para el móvil, según el servicio que quiera prestar. Pero, en ocasiones, es posible encontrarse con apps que compartan el mismo nombre que las de los bancos, pero que no son las oficiales. Antes de descargar una aplicación, habría que asegurarse de que se trata de la original. En caso contrario, existe el riesgo de instalar una app maliciosa o un virus en el smartphone.
De la misma forma, cuando se accede desde la plataforma web, hay que fijarse en las garantías de la página. El propio navegador lo indicará con un candado de color verde junto a la URL del sitio; este símbolo significa que los datos que se introduzcan serán encriptados.
5. No conectarse desde una red wifi pública
Una de las maneras más fáciles que los hackers tienen para acceder a la información bancaria es exponiéndola en una red de dominio público. Por ello, habría que evitar gestionar las finanzas personales desde un wifi público, puesto que se pondrían en riesgo los ahorros.
Además, al exponer un dispositivo a una red pública, la persona se arriesga a más virus. Por tanto, sería necesario tener instalado un antivirus que proteja de todos estos ataques, dificultando así el acceso de los hackers a esa información.