La industria fintech (término que procede de las palabras “tecnología” y “finanzas” en inglés) va viento en popa. En 2018 la inversión en este sector fue de 39.000 millones de dólares a nivel global, más del doble que un año antes, de acuerdo con un estudio de la consultora CB Insights. Dentro de este sector, destaca la evolución que están viviendo los bancos digitales, que se han convertido en una alternativa real a la banca tradicional y han ganado cientos de miles de clientes en un tiempo récord. Sin embargo, para muchos, este tipo de entidades aún son desconocidas, por lo que repasamos las principales características de los bancos fintech.
1. Bancos fintech: con millones de clientes y operan por medio mundo
Quienes se planteen hacerse clientes de un banco fintech deben saber que no son ni los únicos ni los primeros. Los principales bancos fintech europeos tienen millones de clientes y están viviendo un crecimiento de vértigo. El banco británico Revolut alcanzó en fechas recientes los cuatro millones de clientes (ha ganado un millón en menos de cuatro meses) y el alemán N26 cerró 2018 con más de dos millones de usuarios (seis meses antes había superado el millón). Otro de los pesos pesados de la industria fintech europea, que a diferencia de los demás se ha centrado solo en el Reino Unido, es Monzo, que ya suma más de un millón de clientes.
En Estados Unidos, entidades como Chime o Aspiration acumulan cientos de miles de usuarios en conjunto. En Latinoamérica, el brasileño Nubank ha alcanzado los cinco millones de clientes.
Pero los bancos fintech no solo presumen de tener una base sólida de usuarios, sino de operar por medio mundo. N26 da servicio a 24 países europeos, entre ellos España, y en los próximos meses aterrizará en Estados Unidos y, después, en Brasil. Revolut, por su parte, opera en 32 países europeos, además de en Australia, y pronto abrirá sus puertas en Estados Unidos, Nueva Zelanda, Canadá y Singapur.
2. No todos son bancos de verdad
La banca fintech está dividida entre las entidades que no tienen licencia bancaria y que operan como entidades de dinero electrónico (neobancos) y las que son bancos por derecho propio, tras haber conseguido una licencia bancaria y que, por tanto, están sujetas a las mismas normativa y requerimientos que los bancos tradicionales. Estos últimos, apopados challenger banks, cuentan en Europa con la protección de un fondo de garantía de depósitos. Dentro de esta categoría están Revolut (FGD de Lituania), N26 (FGD de Alemania) y Monzo (FGD del Reino Unido), pero también otros bancos europeos digitales como Bunq (FGD de los Países Bajos), Atom Bank (FGD del Reino Unido), Orange Bank (FGD de Francia) o Ferratum Bank (FGD de Malta).
3. Las cuentas y las tarjetas, el centro de todo
La mayoría de los challenger banks han centrado su estrategia en la comercialización de una cuenta corriente y una tarjeta prepago o de débito y, a partir de ahí, han ido incorporando nuevos servicios con una clara visión tecnológica como huchas virtuales, operativa con criptomonedas, etc.
A lo que todavía todos los bancos fintech no se han animado es a la comercialización de otros productos típicamente bancarios como los depósitos, las hipotecas o los préstamos. En este sentido, no hay homogeneidad. Mientras que algunas entidades se han centrado en los servicios básicos, otras ofrecen hipotecas, préstamos, ya sean propios o a través de acuerdos con otros prestamistas, servicios de inversión, depósitos y cuentas de ahorro, etc.
4. Idóneos para viajar
Los bancos fintech han ganado especial popularidad entre los viajeros, ya sea por turismo o por negocio. En Europa la razón hay que buscarla en su política de comisiones. Muchos apuestan por ofrecer los reintegros en efectivo en todos los países de la zona del euro y, en algunos casos, del mundo sin coste. Además, es habitual que permitan pagar con tarjeta en otra divisa sin ninguna comisión y aplicando el tipo de cambio de Visa o Mastercard, mientras que la banca tradicional suma una comisión del 3 % sobre el contravalor. Asimismo, los bancos fintech también han abaratado de forma considerable el importe de las transferencias internacionales, que pueden hacerse por un precio muy inferior al de las entidades tradicionales gracias, en parte, a los acuerdos a los que han llegado con otras compañías fintech de pagos.
5. Ofrecen tarjetas metálicas
El sector financiero no está exento de las modas y las tarjetas metálicas son una de ellas. Hasta no hace mucho, este tipo de medios de pago (poco comunes en España) estaban reservados a clientes vips o a quienes estuviesen dispuestos a dejarse una cuota de varios cientos de dólares o euros al año. Ahora algunos bancos fintech han lanzado también sus propuestas metálicas con tarifas desde los 14 euros mensuales. Este tipo de tarjetas incluyen reintegros gratis en cualquier moneda, seguros gratuitos y servicios de atención al cliente exclusivos, entre otras ventajas.