Llegar a fin de mes supone un gran esfuerzo para muchas familias. Hay que pagar los recibos domésticos y siempre hay algún que otro gasto no esperado. Los préstamos para acabar el mes sin apuros económicos prometen servir de gran ayuda. Pero, ojo, porque antes de solicitarlos conviene analizar sus condiciones. En este artículo encontrará qué créditos existen para llegar a finales de mes, cómo son y qué riesgos conllevan.
1. Minicréditos
Una de las soluciones más satisfactorias para afrontar un problema financiero a final de mes son los créditos pequeños. Son de baja cuantía, sin excederse de 500 euros y pueden obtenerse sin papeleos. E incluso el mismo día puede recogerse su importe desde los cajeros automáticos. Sus tipos de interés están por debajo del 10%, sin comisiones ni gastos en su gestión.
Uno de estos modelos es el Minikredit de Kutxabank: concede hasta 3.000 euros, con la ventaja de que puede personalizarse, tanto su plazo de devolución (desde tres meses hasta tres años) como la cuota.
2. Financiación preferente
Tener domiciliada la nómina genera muchas ventajas. Y una de ellas es la concesión de una línea de crédito no muy elevada que los usuarios ya tienen concedida de antemano y que habitualmente llega a un importe de hasta 10.000 euros. Puede utilizarse para cualquier necesidad personal, con bonificaciones de entre uno y dos puntos porcentuales.
Esta es en concreto la iniciativa que Bankinter eleva a sus clientes por medio del Crédito Preferente, a cambio de formalizarse desde su cuenta nómina.
3. Créditos rápidos
Una de las mejores estrategias que se tienen para salir de un apuro económico pasa por la formalización de un crédito que sea muy rápido. Pero también debe exigir menos trámites administrativos, para que, de esta forma, se tenga el dinero en la cuenta corriente a la mayor brevedad posible para poder atender las necesidades de cada mes. Ofrecen hasta 5.000 euros, con un plazo de amortización de entre uno y cinco años.
Una de las propuestas es la Caja Laboral por medio de su Préstamo Dispon, con el único requisito de que su demanda sea superior a 500 euros.
4. Créditos con tarjetas de crédito
Otra de las alternativas de las que se dispone queda materializada por medio de los «plásticos» que permiten pagar las compras más necesarias a final de mes con un aplazamiento de hasta tres meses y siempre por un importe que no sobrepase un cierto nivel máximo, que oscila entre 2.000 y 3.000 euros. Una de las ventajas de pedir dinero con una tarjeta es que, en la mayoría de las ocasiones, estas son gratuitas, tanto su emisión como su mantenimiento. Por el contrario, los altos tipos de interés que aplican -cercanos al 25%- son uno de sus principales inconvenientes.
Uno de los mejores exponentes de este modelo de financiación es la Tarjeta SIN diseñada por Banco Sabadell.
5. Anticipo de nómina
Si los demandantes tienen domiciliada en el banco su nómina, se tendrá mucho más fácil conseguir llegar a final de mes con menos ahogos económicos. La razón se debe a que están en condiciones de acceder a un anticipo de nómina por parte de las entidades financieras. Siempre la tendrán a su disposición y, lo que es más importante, sin que tengan que afrontar ningún tipo de interés en su formalización. Es decir, se comercializan al 0%, como única vía de financiación que se presenta con estas condiciones tan beneficiosas para sus demandantes.
El importe que conceden es aproximadamente el valor de su nómina. Pero no es necesario apurarlo al máximo, sino que se puede pedir solo la cantidad que en realidad se precise. El plazo de devolución oscila entre uno y tres meses. Pero es necesario analizar las condiciones de este producto bancario, por si aparece alguna comisión que pueda encarecer su demanda. En general son la de apertura, con una cuantía máxima del 2,50% sobre el importe dispuesto.