Los niños necesitan aprender algunas lecciones sobre el dinero importantes. Y es que no paran de pedir: para ir al cine, comprar unas zapatillas o hacerse con un balón de su equipo favorito. Con tan solo tres años ya pueden comprender conceptos financieros como el ahorro y el gasto, según un estudio de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Y el verano es un buen momento para enseñarles el valor del dinero y cómo utilizarlo. En este reportaje se dan siete lecciones que todo niño debe conocer sobre el dinero, entre ellas, lo que cuesta ganarlo, la importancia de compartirlo, la necesidad de ahorrar y saber gastar.
«Enseñar a los niños a manejar dinero y su importancia es vital para desarrollar otras aptitudes que les serán de gran utilidad a lo largo de su vida», dice la psicóloga Julia Borbolla. Así, formar a los hijos en finanzas les ayudará a tener disciplina, ser organizados, tener capacidad de tomar decisiones y saber planificarse, entre otras valiosas herramientas. ¿Cómo enseñarles?
1. El dinero no es infinito
Los pequeños creen que si no se tiene dinero, se puede fabricar más o sacar sin más del cajero, creyendo que los fondos son ilimitados. Pero hay que explicarles de modo sencillo y sin tecnicismos que las cosas no funcionan así y que si la solución pasara por imprimir más dinero, se haría.
2. El dinero debe cubrir primero las necesidades y, luego, los deseos
A los niños hay que aclararles que las cosas se dividen en necesidades y deseos. Y que el dinero sirve, sobre todo, para cubrir lo básico. Si luego se puede, también se podrá adquirir algún capricho. Los pequeños necesitan aprender que si quieren algo, deben esperar y ahorrar para comprarlo. Es fundamental enseñarles a esperar, pues la capacidad de demorar la gratificación es esencial para poder tener éxito en el futuro en la vida adulta.
3. El dinero hay que ganárselo… ¡y cuesta mucho hacerlo!
La mejor manera de que un niño sepa lo que cuesta ganar dinero es que trabaje para ganarlo, y no solo reciba una paga semanal. Los más pequeños pueden recibir un «salario», si ayudan a llenar el lavavajillas o a doblar la colada (para los mayores será ya una obligación sin remunerar). Y los más mayores pueden buscar trabajos de fines de semana sencillos, como ayudar a algún vecino a hacer la compra. Además de enseñarles a valorar el dinero, su autoestima se elevará al sentirse útiles.
4. El dinero puede crecer con ahorro e inversión
Se debe enseñar a los hijos que ahorrar es bueno, porque tener ese dinero permitirá gastarlo luego en lo que se desee o para cubrir necesidades imprevistas. ¡Pero no solo eso! También hay que mostrarles la importancia de invertir, de que el dinero crezca aún más que si se tiene solo en una hucha. Para ello, es conveniente acompañarles a una caja de ahorros o un banco y que abran una libreta y que, al cabo del tiempo, contemplen cómo los intereses han hecho crecer su pequeño depósito.
5. Aprender que no todas las personas tienen el mismo dinero
Con o sin posibilidades económicas, los niños deben saber que no todo el mundo vive bien y tiene dinero para ir de vacaciones, comprar caprichos… o incluso para cubrir sus necesidades básicas. Además, deben ser conscientes de la realidad económica de su familia, sin sobreprotegerles, pues una buena comprensión de las finanzas personales es una de las habilidades de la vida más valiosas que se pueden tener.
6. El dinero también se debe usar para ayudar a los demás
Todos formamos parte de una comunidad y, con nuestro dinero, debemos contribuir al bienestar de los seres queridos y al de de toda la sociedad. Deben saber que, si tienen más que otros, pueden disfrutarlo pues se lo han ganado, pero también tienen una responsabilidad social.
7. Tener dinero no implica ser feliz
El dinero ayuda a tener oportunidades, vivir más cómodos, no angustiarse por llegar a fin de mes… Pero las cosas importantes de la vida no se pueden comprar, aunque se tenga todo el dinero del mundo. Y si solo se vive para tenerlo, es fácil que nadie quiera estar a nuestro lado.
Alrededor de los cinco o seis años los niños pueden empezar a recibir una asignación, pues disponer de dinero les ayudará a conocer su valor. A esa edad la cantidad debe ser mínima, de unos pocos euros a la semana. Pero debe ser suficiente como para poder comprarse un helado o un cómic y aprender a administrarlo hasta la semana siguiente.