La temporada de rebajas acaba de dar el pistoletazo de salida. La campaña oficial comenzó ayer, 1 de julio, pero muchas tiendas adelantaron al pasado viernes su inicio. Desde que en 2012 se pusiese fin a las rebajas reguladas y se liberalizase el sector, cada comercio tiene vía libre para establecer los periodos de rebajas que quiera. Por ello, algunas compañías llevan ya días animando al consumidor con sus enormes tantos por cientos de descuentos. En cualquier caso, durante los próximos dos meses, millones de españoles acudirán a la cita comercial del verano por excelencia. Pero ¿cómo disfrutar de las rebajas sin poner en riesgo la cartera? A continuación damos las claves.
1. Haga una lista de la compra
Como si fuésemos al supermercado. La lista de la compra es esencial y es el primer paso para que nuestra cartera sobreviva a las rebajas. Debemos establecer una lista de prioridades y aprovechar estas fechas para adquirir lo que de verdad necesitamos a un precio más bajo, ya sea ropa, mobiliario o tecnología. Una lista nos evitará comprar por comprar. De hecho, la primera señal de alarma de que el periodo de rebajas puede desequilibrar nuestra cartera son los caprichos.
2. Establezca un presupuesto
Si queremos que las rebajas de verano no se conviertan en la pesadilla del otoño, debemos controlar el gasto. Podemos establecer un presupuesto acorde con los bienes que queremos adquirir y con nuestra capacidad para consumir. Si nos ceñimos a él, mantendremos a raya nuestras finanzas. Además, fijar un techo de gasto nos motivará a hallar los mejores chollos, para no salirnos del presupuesto.
3. Compare precios
El primer chollo muchas veces no es el mejor. Podemos tomarnos las rebajas como un juego cuya recompensa es encontrar las gangas que se esconden en las esquinas de las tiendas. Y para hallar las mejores gangas, nada mejor que comparar las ofertas de los distintos establecimientos.
4. Acuda a las tiendas virtuales
Las tiendas a pie de calle están limitadas por el espacio y el stock, pero en Internet cabe todo y las rebajas también se instalan en los escaparates de los establecimientos online. Dedicar un tiempo a visitar las webs de los comercios que nos gustan ayudará a encontrar productos rebajados muy atractivos. Además, podemos comprar varias tallas de un mismo producto para probárnoslo con tranquilidad en casa, aprovechando que la mayoría de las tiendas no cobran gastos de envío, al menos si se recogen los productos en un local de la cadena, y que tampoco cobran por las devoluciones.
5. Vaya de rebajas entre semana
Ni el primer día ni en fin de semana; el mejor momento para ir de rebajas es entre semana y por la mañana o al mediodía. La razón, sencilla: es cuando menos afluencia hay y cuando más tiempo nos podremos tomar para visitar los comercios y comparar ofertas.
6. Huya de las nuevas colecciones
Las nuevas colecciones son una perdición para nuestra cartera, ya que no están rebajadas. Si queremos mantener a raya el presupuesto, debemos evitar los productos que no tienen descuentos y sortear estrategias comerciales que lo único que buscan es incentivar el gasto, como mezclar productos rebajados y no rebajados para que dé la sensación de que ambos tienen un precio bajo, situar las nuevas colecciones en lugares destacados, incluir descuentos que al final no son lo que parecen, como los clásicos «desde», etc.
7. Aléjese de las tarjetas de crédito
Si queremos salir airosos de la vorágine consumista de estas fechas, lo mejor es ceñirnos al presupuesto y no tirar de tarjeta de crédito, salvo que la usemos para abonarlo todo de golpe a final de mes sin intereses. Si empezamos a financiar las compras, lo que nos hayamos ahorrado con los descuentos lo acabaremos pagando en concepto de intereses (las tarjetas de crédito tienen un interés medio del 21 %).
Caso aparte es si queremos aprovechar las rebajas para realizar una compra abultada, por ejemplo renovar el mobiliario del salón o adquirir un televisor nuevo. Si esta compra la hiciésemos fuera del periodo de rebajas, también necesitaríamos financiarla. En ese caso, las tarjetas de crédito sí pueden resultar muy útiles, ya que permitirán hacernos con el producto rebajado y abonar su importe en cuotas mensuales. Si escogemos un plazo breve de tiempo, los intereses serán asumibles.
Por ejemplo, si un televisor cuesta 500 euros y lo encontramos por 350 euros en rebajas, podemos adquirirlo con una tarjeta de crédito y pagarlo en tres meses; los intereses solo sumarán 12,33 euros, mucho menos que el descuento (suponiendo que el TIN de la tarjeta sea del 21 %). En este caso la operación sale a cuenta porque fuera de la temporada de rebajas también tendríamos que recurrir a la financiación y porque el descuento es muy amplio.