Tras la crisis, han tomado protagonismo como producto financiero, sobre todo en las carteras de inversión de los fondos -que han sufrido una estrepitosa caída en 2008-, ya que han cotizado a la baja, al ritmo de las acciones. Son los bonos convertibles en acciones, que combinan la seguridad de la renta fija con la posibilidad de tomar posiciones ventajosas en la renta variable. Pero también conviene tener cuidado, ya que los expertos advierten sobre la complejidad y el peligro de este producto para el pequeño inversor.
Relevo de los fondos de inversión
Mientras varios referentes del sector financiero esperan para 2009 una leve recuperación del mercado, principalmente en las inversiones de renta variable, las miradas de los especialistas se posan sobre los bonos convertibles -títulos de renta fija canjeables por acciones- como un componente para alcanzar la fórmula justa de acorazamiento y atractivo de rentabilidad tan deseados tras la sonada caída de los fondos de inversión.
Los bonos convertibles fueron también fuertemente afectados en 2008 y, acompañando la caída generalizada de las acciones, han perdido un 40% de su cotización. Estos bonos son emitidos por pequeñas compañías que buscan financiarse de forma alternativa a la emisión de bonos tradicionales. No obstante, en España -donde la oferta de estos productos por parte de las empresas nacionales es limitada- ha habido casos exitosos por parte de grandes empresas como Iberdrola y Santander. El gigante bancario emitió este tipo de bonos por 7.000 millones de euros en noviembre de 2007 (elevando la cantidad desde los 5.000 millones de euros iniciales, debido a la fuerte demanda de clientes e inversores) y consiguiendo por esta vía un 40% más de financiación de la cifra prevista en un primer momento.
La denominación de “bono” puede dar lugar a equívocos en la búsqueda de renta fija, ya que el riesgo especulativo es alto
Sin embargo, las advertencias para los pequeños inversores sobre este tipo de productos están a la orden del día, ya que se trata de un producto híbrido en el que la denominación de “bono” puede dar lugar a equívocos en la búsqueda de renta fija, ya que el riesgo especulativo es alto.
Inversiones en renta fija, variable o híbrida
Los bonos convertibles combinan el componente fijo de los bonos con la renta variable del mercado accionario. La tenencia de este tipo de bonos permite al inversor canjearlos al vencimiento por una cantidad de acciones a un precio pautado previamente en la emisión de títulos, según una relación de conversión también previamente estipulada. Como cualquier bono tradicional, hasta la fecha de conversión, el tenedor recibe los intereses acordados mediante el cobro de los cupones periódicos. Vencido el plazo, el número de acciones que se entregan por cada bono u obligación, la forma de determinar los precios y el calendario de canje o conversión se realizarán según se haya estipulado en la emisión de los bonos.
De este modo, cuando llega la fecha de canje, el inversor puede ejercer la opción de conversión, si el precio de las acciones ofrecidas en canje/conversión es convenientemente inferior a su precio de mercado o, según el tipo de emisión, también podrá conservar la tenencia de las obligaciones hasta la fecha de la siguiente opción de conversión o hasta su vencimiento, o bien recuperar su capital invertido al valor en plaza del bono.
Otras fórmulas permiten a las empresas emitir bonos canjeables por acciones de otra empresa, con el fin de revalorizar el atractivo del bono añadiendo la garantía de las acciones de esa empresa, como ha ocurrido con Iberdrola y Repsol. También puede ocurrir que la empresa emisora se reserve la posibilidad de pagar en efectivo el valor de las acciones en el momento de canjear los bonos. Un caso conocido de este tipo ha sido el de Pemex, empresa mexicana que emitió bonos convertibles en acciones de Repsol con la reserva de pago en dinero líquido del valor de estas acciones.
Análisis previo
Aunque su rentabilidad es muy atractiva, los expertos han coincidido en señalar que se trata de un producto financiero que requiere conocimiento y análisis especializado por la complejidad de su evolución, vinculada tanto a la cotización de la renta fija como a la fluctuación de las acciones. Por este motivo, sugieren que la inversión en bonos convertibles la analice siempre un gestor financiero combinando distinto tipos de activos en la cartera, algunos de rentabilidad fija y otros de mayor riesgo. Para un inversor de muy largo plazo que tenga en cuenta el riesgo de un fondo de inversión con colocaciones en este tipo de productos, los bonos convertibles pueden ser una apuesta interesante para diversificar la cartera, pero hay que considerar que en el mix de inversiones deben categorizarse dentro de la renta variable, como precisan los analistas.
En este sentido, el nombre de este producto financiero tiene una doble interpretación que puede confundir al inversor novato. Ocurre que, si bien los bonos convertibles son un producto de renta fija, la opción de canje incluye otros elementos que inciden en su cotización diaria en bolsa. Teniendo en cuenta, además, que el interés que ofrecen es, por lo general, menor que el de sus pares tradicionales como compensación de la opción de canje.
Se recomienda que el pequeño inversor participe en este tipo de activos a través de un fondo de inversión para controlar el riesgo
De esta manera, su conveniencia depende principalmente de las condiciones de la emisión, del factor de conversión, del número de bonos que da derecho a cada acción, del momento en que se produzca el canje, del tipo de interés que puedan tener esos bonos, del potencial de valoración futura que pueda tener esa acción, entre otros factores, según señalan desde una gestora de inversiones catalana. De ahí que los especialistas recomienden que el pequeño inversor participe en este tipo de activos a través de un fondo de inversión para controlar el riesgo, ya que invertir en un bono convertible de una compañía es un riesgo muy alto que “depende de múltiples factores que el inversor particular no controla, sobre todo al no poder estar pendiente del mercado”.
La complejidad de los convertibles
Otros especialistas del mercado detallan que incluso el gestor que analiza este tipo de bonos para incluirlos en su cartera debe analizar las condiciones de la emisión de los bonos detalladas en el folleto de emisión y el contexto bursátil en que evolucione la emisión.
En el folleto de emisión, cada compañía emisora consigna el factor de conversión, el precio estipulado de las acciones, el número de bonos que dan derecho a cada acción y el tipo de interés que puedan tener esos bonos, conformando así el potencial de valoración futura que pueda tener la acción a la que estén asociados.
Si bien empresas de gran tamaño pueden y suelen emitir bonos convertibles, en España se emiten por pequeñas compañías que buscan financiarse de forma alternativa a la emisión de bonos tradicionales, con objeto de ampliar su capital. Además, los fondos de inversión que incorporan en su cartera de activos bonos convertibles suelen incluir emisiones de la zona euro. Particularmente, no hay ningún fondo que sólo invierta en fondos convertibles de empresas españolas, sobre todo porque no hay emisiones suficientes. En muchos casos, hay compañías de baja calidad crediticia que los emiten, según precisa una de las fuentes consultadas, quien asegura la predominancia de pequeñas compañías españolas en la emisión nacional de este tipo de producto.