¿Cambiar de banco o negociar?

Negociar permite obtener más dinero por los ahorros sin cambiar de banco
Por Elena V. Izquierdo 23 de marzo de 2012
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Cambiar de banco puede proporcionar al consumidor beneficios económicos, como la exención del pago de comisiones, una mayor remuneración por sus depósitos, obsequios por domiciliar su nómina o tarjetas de crédito gratuitas. Pero si un usuario prefiere quedarse en la entidad y conseguir una mejor remuneración por su dinero, tiene la opción de negociar. Si se siguen una serie de sencillos pasos, se tendrán más posibilidades de mejorar las condiciones y ganar más con los ahorros.

¿Cambiar de banco?

Es bastante habitual que a las personas que llevan mucho tiempo con su dinero en el mismo banco les cueste cambiar de entidad, pero al mismo tiempo ven cómo los nuevos clientes reciben más por ingresar sus ahorros.

Cada sucursal tiene que cumplir unos objetivos y no les conviene perder clientes ni dinero

Una alternativa es llevar el capital a otro establecimiento financiero, pero antes de hacerlo, se puede intentar negociar en la sucursal unas condiciones más favorables. Hay que partir de dos premisas.

  1. La gente es reticente a cambiar de entidad. Los bancos son conscientes de este hecho y, por este motivo, se preocupan más por captar nuevos clientes que por conservar los que ya tienen. Saben que, por regla general, la persona que lleva mucho tiempo en la entidad continuará con ellos en la mayoría de los casos, salvo que suceda algo que le incomode mucho.

  2. Las entidades no quieren perder clientes. Al estar acostumbradas a la poca movilidad de los usuarios, cuando uno de ellos avisa de que se marcha, saltan las alarmas y se ponen manos a la obra para evitar que esto suceda. Es habitual que cada oficina tenga bonificaciones por el número de personas con cuenta en la sucursal, por los depósitos que consiguen o los seguros que contratan. Por eso no les conviene perder clientes ni dinero y, ante el temor de que ocurra, les ofrecen intereses más altos o menos comisiones. Por supuesto, cuanto mejor sea el cliente, más posibilidades tendrá de lograr sus objetivos.

Pasos para negociar con el banco

De acuerdo a estas dos premisas, el consumidor puede seguir unos pasos que le ayudarán a llevar a cabo una negociación exitosa.

  1. Informarse sobre qué ofrecen otros bancos.

    No cuesta mucho y es un primer paso para iniciar la negociación. La información se puede conseguir tanto en las oficinas como en Internet. Por norma, por ser un nuevo usuario, le ofrecerán bastante más que en el banco habitual.

  2. Comunicar la intención de cambiar de banco.

    Conviene que el cliente hable con un empleado de confianza y le diga que se irá a otra entidad donde le ofrecen más dinero. No tiene por qué ser una decisión firme y siempre podrá dar marcha atrás.

  3. Llevar la información a la entidad actual.

    Si el titular muestra al trabajador la información obtenida en otros bancos, este tendrá más claro, por una parte, que la intención de cambiar es seria, y por otra, podrá hacer una contraoferta concreta si desea que el cliente se quede.

  4. Argumentos del banco.

    Algunos de los argumentos que dan los trabajadores de la entidad para intentar que el usuario continúe en la sucursal apelan a la confianza y a la incertidumbre. Hay respuestas preparadas que los empleados suelen utilizar:

    • Si el otro banco da tanto dinero, estará muy necesitado.
    • Si está tan necesitado, es una entidad poco solvente y con posibilidad de quiebra.

    • El fondo de garantía de depósitos no tiene dinero suficiente para responder ante una bancarrota.

    • Si además la entidad opera por Internet, el peligro aumenta.

    • El trato del otro banco no será igual que el recibido por el usuario en la sucursal.

  5. La realidad como respuesta.

    Muchas veces, el miedo cala en el cliente que, por desconocimiento, piensa que el empleado le dice la verdad. Pero la verdad puede ser otra:

    • La entidad no tiene por qué estar necesitada de dinero para ofrecer intereses elevados, simplemente quiere captar nuevo capital.
    • Aunque se ha conocido hace muy poco que algunas cajas de ahorro no eran solventes -y quizá no sea muy recomendable trabajar con ellas si no se han saneado-, la mayoría de las entidades sí lo son. De todas formas, en el caso de que una entidad quiebre, el Fondo de Garantía de Depósitos responde hasta 100.000 euros si el establecimiento entra en bancarrota.

    • Es cierto que el trato personal es importante, pero en otros bancos no tiene por qué ser peor. Además, en una relación comercial de este tipo, se debe dar un papel relevante al dinero que el cliente pueda ganar.

    • Las entidades de Internet son igual de seguras que las físicas, ofrecen servicios casi idénticos y evitan colas y esperas en las oficinas.

En este punto, la negociación casi ha terminado. Si el banco no ofrece mejores condiciones que las que tiene el cliente, este puede decirle que ha trabajado muy a gusto con ellos durante este tiempo, pero que retirará sus ahorros por motivos económicos.

Si el cliente es firme y asegura que retirará sus ahorros, a menudo, el banco mejora las condiciones

Puede dejar el teléfono por si encuentran algún producto más adecuado para sus circunstancias. En muchos casos, a las pocas horas llaman y ofrecen una oferta mejor.

Si no se obtienen los resultados esperados, al cliente le queda cambiar de entidad o seguir en el mismo banco con menos dinero del que podía obtener en otro establecimiento financiero.

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