Depósitos para dar y tomar. Las dificultades a las que se enfrentan los bancos para conseguir recursos los ha enrolado en una interminable guerra de depósitos. Todas las semanas, el mercado acoge nuevas e interesantes ofertas -con tipos en torno al 4%- de uno de los productos más admirados por los ahorradores españoles. No en vano, más de un 48% del ahorro financiero de las familias está invertido en estos instrumentos. Entre sus ventajas destacan su alta rentabilidad actual, su sencillo funcionamiento y la garantía del capital principal. Sin embargo, uno de sus mayores inconvenientes es que bancos y cajas aplican comisiones (en ocasiones bastante elevadas) a quienes quieren recuperar su dinero antes de tiempo. En estos momentos en los que prima la necesidad de liquidez, es importante saber cuánto cuesta cancelar una imposición a plazo antes de tiempo, y cómo hacen los cálculos de la liquidación las entidades financieras. En cualquier caso, el Banco de España prohíbe a las entidades que las comisiones superen a los intereses, con lo que el ahorrador nunca perderá dinero con un depósito a plazo. En el peor de los casos, no se ganará nada, pero siempre se recuperará el capital íntegro.
¿Qué es una cancelación anticipada?
Una de las características de los depósitos es que se comercializan a un plazo determinado, a diferencia de las cuentas a la vista, que permiten disponer del dinero en cualquier momento sin penalización. En realidad, bancos y cajas pueden ofertar depósitos al plazo que deseen: los hay a un día, una semana, un mes, tres meses, seis meses, un año, 18 meses, dos años, tres años y cinco años. Los mayoritarios, no obstante, son los que se ofrecen desde tres meses hasta dos años. Con vencimientos superiores, en la actualidad, son pocas las ofertas que se encuentran, ya que los ahorradores buscan ofertas que no les aten durante mucho tiempo y les permitan disponer de su capital pasado un tiempo prudencial.
En el peor de los casos no se gana nada, pero se recupera el capital íntegro
Los más numerosos son los que se distribuyen a un año de plazo. Cuando se suscriben a poco tiempo, lo general es que el inversor no tenga que solicitar a su entidad el reembolso anticipado. Sin embargo, ante las dificultades actuales, numerosas familias tienen que recurrir a su banco para que les cancele antes de tiempo su imposición y poder así recuperar su dinero. Esta operación no es gratuita: las entidades aplican comisiones que oscilan entre el 1% y el 5% sobre el capital invertido. Las fórmulas que aplican son variadas:
Comisión de cancelación sobre los intereses pendientes: es la tarifa más utilizada. Consiste en restar a los intereses pactados la comisión que establece el banco. Es decir, que por sacar el dinero antes de tiempo, la entidad aplica una comisión sobre los intereses pendientes de pago, teniendo en cuenta el plazo que restaba para el vencimiento.
Ejemplo práctico: A un inversor le faltaban cuatro meses para que venciera su depósito de Citi al 4%. Había invertido 50.000 euros. Se trataba de un depósito de liquidación trimestral de intereses. Por tanto, el inversor debía haber cobrado ya 1.500 euros en trimestrales al vencimiento de los tres primeros trimestres (500 euros por cada trimestre) Por el último, como faltan cuatro meses para que finalice el depósito, la entidad aplica una comisión de cancelación del 1%, de modo que los intereses pendientes de pago serán del 3%. Por el último trimestre, cobrará 375 euros de intereses. El inversor habrá recibido 1.875 euros de rentabilidad final. La comisión de cancelación equivaldrá a 125 euros.
Rebaja de los intereses: en caso de cancelación anticipada, algunas entidades optan, sin más, por rebajar los intereses, con independencia del tiempo que se haya mantenido. Aunque falte un día para el vencimiento del depósito, la entidad puede establecer una cláusula en la que diga que si se reembolsa antes de tiempo el interés TAE se reducirá de A a B. Por ejemplo, Bancopopular-e.com comercializa un depósito al 4% a un año. Pero en el contrato establece que en caso de cancelación anticipada se devengará el 1% de los intereses. Es decir, la rentabilidad final pasaría de ser un 4% a un 1%. Esta fórmula equivale a aplicar una comisión (del 3% en el ejemplo) sobre el pago de los intereses.
Ejemplo práctico: la fórmula de cálculo en este caso es muy sencilla, ya que reduce de forma directa el tipo de interés, sea cual sea el plazo que resta para el vencimiento. Así en un depósito al 4% con una comisión de cancelación del 1%, el tipo de interés final será del 3%, sin más. Es decir, que un inversor que invirtió 50.000 euros a un año y decidió sacar su dinero un mes antes, recibirá 1.500 euros de rentabilidad. La comisión se elevará, en este caso, a 500 euros.
¿Qué fórmula es más beneficiosa?
Por lo general, es mejor contratar un depósito en el que la comisión se aplique sobre el plazo que resta para el vencimiento y no sobre los intereses globales. En este segundo caso, la entidad no tiene en cuenta el tiempo que ha pasado desde que se contrató; por ello, el inversor podrá cobrar los intereses pactados de manera íntegra por el dinero que haya mantenido en la entidad y recibirá penalización solo por el tiempo restante.
En caso de disconformidad hay que contactar con el Defensor del cliente bancario
No obstante, depende mucho de la cuantía de la comisión. Por ejemplo, hay entidades que aplican comisiones de cancelación del 3% sobre los intereses pendientes, lo que anula la posibilidad de obtener ganancias sobre el tiempo que falta para vencimiento e incluso obligan al cliente a devolver parte de los intereses ya cobrados en meses anteriores (aun así nunca perderán capital). En este caso, si el inversor decide cancelar su imposición anual al mes de su contratación, con una comisión del 3% sobre un interés TAE del 3, recibirá solo un interés del 0,75%. Si su inversión es de 10.000 euros, le pagarán 75 euros en intereses.
En ocasiones, además, bancos y cajas juegan con el lenguaje. Por ejemplo, pueden decir que aplican una comisión del 4% sobre los intereses, que también son del 4%. Esto implicará que el cliente no gana nada si decide sacar su dinero antes de tiempo.
La obligación del Banco de España
El depósito bancario clásico es uno de los productos refugio por excelencia. En las imposiciones a la vista, el cliente nunca puede perder dinero. Esto es así ya que el Banco de España exige a las entidades que las comisiones que apliquen en estos productos nunca superen a los intereses generados. Bancos y cajas son libres de incluir comisiones por apertura, mantenimiento o cancelación. Pero su suma nunca puede superar a los rendimientos. Esto implica que las entidades están siempre obligadas a devolver, al menos, el capital principal invertido.
No obstante, la regla no se extiende a los depósitos estructurados o garantizados, que se vinculan a acciones bursátiles, índices… En estos casos, el cliente sí puede perder dinero. Incluso aquellos que se comercializan como garantizados pueden incluir cláusulas que hagan perder capital al ahorrador.
Dispuestos a reclamar
El Banco de España recibe numerosas reclamaciones cada año de inversores que no están de acuerdo con la liquidación de intereses de depósitos que han cancelado antes de vencimiento. En 2010, un 7% de las reclamaciones globales fue sobre este asunto.
Conviene, por tanto, prestar atención y, en caso de disconformidad, reclamar ante la entidad. En concreto, hay que contactar con la figura del Servicio de Atención al Cliente o Defensor del cliente que tienen todas las entidades. Si estas no responden o deciden obviar el asunto, el siguiente paso es dirigirse al Servicio de Reclamaciones del Banco de España.
Aunque el interés medio de los depósitos a plazo, según los últimos datos del Banco de España, se sitúa en el 2,83%, lo cierto es que es sencillo localizar ofertas con rentabilidades superiores. En las últimas semanas, Banco Popular ha lanzado una reedición de su Depósito Gasol, al 4% TAE a 12 o 18 meses. Banco Sabadell mantiene en su cartelera de productos su Depósito Vinculación, que puede alcanzar el 4%. Y ofertas similares comercializan Unicaja o Caja de Ahorros del Mediterráneo.
En algunos casos, como el de Banco Popular o Banco Espírito Santo, las entidades no solicitan vinculación: dan los tipos de interés publicitados sin necesidad de que el cliente contrate productos adicionales. Sin embargo, en otros muchos ejemplos, para alcanzar la rentabilidad anunciada, bancos y cajas exigen ataduras a los clientes.
Por ello, antes de suscribir el depósito es necesario leer la letra pequeña y conocer qué condiciones solicita la entidad para alcanzar tan elevado interés. Si obliga a suscribir, por ejemplo, un plan de pensiones (producto para el muy largo plazo e ilíquido) puede resultar más conveniente optar por irse a otra entidad, a por un depósito de menor interés y vinculación.