Casi medio millón de españoles abandonó sus fondos de inversión en 2009, una sencilla operación que permite recuperar el patrimonio invertido con rapidez. Según los analistas, salieron demasiado pronto de un mercado con buenas perspectivas de crecimiento en 2010: bajos tipos de interés, mejoras de las condiciones macroeconómicas, buen rendimiento vía comisiones y promociones de contratación.
Liquidez inmediata
Volatilidad es el segundo apellido de la Bolsa española este 2010. No hay constancia en las subidas y el Ibex 35 pierde el 7,95% en lo que va de año. Los inversores esperan que la rentabilidad se instale en los parqués, mientras barajan otras posibilidades de ahorro. Para obtener liquidez inmediata en momentos de estrechez, numerosos inversores han decidido emprender el camino de salida: cancelar la inversión. Otros han apostado por traspasar el patrimonio a un tipo de activo más rentable o seguro.
Rescindir un fondo es una de las operaciones financieras más sencillas y una opción rápida de recuperar el patrimonio invertido. Basta con emitir una orden en la ventanilla de la entidad bancaria o la gestora donde se contrató. El escenario digital facilita más esta operación. Los supermercados de fondos en Internet -plataformas de transacciones on line- permiten realizarla desde el ordenador.
En general, las entidades no ponen trabas al inversor para que cancele su participación. No obstante, siempre tratarán de canalizar esa inversión hacia otro fondo u otro tipo de producto de la misma marca.
Las entidades no ponen trabas para cancelar un fondo, aunque intentan canalizar la inversión hacia otro producto
El consenso de analistas de mercado desaconseja abandonar la inversión si no impera una necesidad de liquidez inmediata. En su lugar, y cuando el fondo no funciona como se esperaba, se recomienda traspasar el patrimonio a productos con una proyección óptima en 2010. Desde finales del año pasado, algunos bancos y cajas cuentan con promociones por traspaso de fondo: priman con el abono de un determinado importe, que se sitúa entre el 1% de Barclays y el 2% de Ibercaja, o regalan cámaras de fotos, cafeteras o televisores. El traspaso, además, no conlleva comisión alguna, al contrario que la cancelación, gravada con un tipo impositivo que oscila entre el 19% y 21%. También pueden obtenerse reembolsos parciales, en los plazos y cantidades que determine la entidad gestora.
Para los particulares que decidan mantenerse este año en el juego de carteras, son recomendables los activos tecnológicos, medioambientales y biotecnológicos, dar la espalada a la renta variable europea y sustituirla por aportaciones estadounidenses o de países emergentes, y abstenerse de fondos inmobiliarios.
Pasarse a otro fondo
Los fondos de inversión constituyen una de las herramientas de ahorro favoritas de los españoles: hay más de 3.000 ofertas en el mercado. Permiten ganar dinero en casi cualquier escenario -siempre hay un activo, un país, un sector, divisa o estrategia alternativa donde se pueden obtener beneficios- y es posible convertirse en partícipe con una inversión mínima de 60 euros. De acuerdo con el Observatorio de la Inversión Colectiva de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco), la rentabilidad media de los fondos de inversión creció un 5,2% en el último año
La única ventaja en el caso de cancelar, es llevar el patrimonio rescatado a un producto de inversión muy ventajoso. Algo nada fácil: contratarlos conlleva comisiones, costes administrativos, impuestos y obligaciones que no se abonarían de gestionar la inversión de modo particular. Los gestores profesionales pueden, además, no tomar las decisiones correctas. Y siempre cabe el riesgo de perder lo invertido.
El nivel de riesgo del inversor es lo primero que debe considerarse al decidir un traspaso
El nivel de riesgo del inversor es lo primero que debe considerarse al decidir un traspaso. El parqué español está saturado de fondos. Las entidades empiezan a fusionarlos para ofrecer un catálogo más reducido, ajustado a las necesidades del mercado nacional. A pesar de todo, funcionan más de 25.000 modalidades, 3.000 sólo en España. La oferta es amplia y para todo tipo de perfiles.
Los más conservadores optarán por fondos garantizados y productos basados en la renta fija (70% frente a un 30% de otros activos). Los menos, apostarán al máximo por la renta variable (80%), tecnológicos, países emergentes y fondos de inversión libres. Los moderados combinarán la renta fija (35%), la variable (45%) y los activos monetarios (20%).
A cada inversor, un fondo
Fondos de renta fija: Para personas arriesgadas. Dependen de la evolución de los tipos de interés. Los hay tanto a corto como a largo plazo, con más rentabilidad cuanto mayor es el periodo contratado, aunque en este caso el riesgo también es más elevado. Son los preferidos de los españoles. Pese a su perfil prudente, el nivel de riesgo que pueden asumir varía, por lo que conviene informarse de sus peculiaridades. De acuerdo con los últimos datos proporcionados por Inverco, la rentabilidad media anual de estos fondos se sitúa entre el 1,35% (renta fija euro a corto plazo) y el 7,78% (renta fija mixta euro).
Los porcentajes aumentan a medida que crece el periodo de garantía. En general, los fondos de renta fija de los países avanzados no tienen buenas expectativas de resultados este año por el alto nivel de endeudamiento de sus economías. Más atractivo, ofrece la renta fija privada (deuda emitida por empresas solventes y de buena calidad crediticia) y la renta fija de los países emergentes que han pasado de deudores a acreedores. Brasil es el caso.
Fondos de renta variable: Para los más lanzados. El consenso de analistas desaconseja invertir en fondos de renta variable europeos por sus escasas perspectivas de revalorización y, en cambio, recomienda hacerlo en estadounidenses y algunos emergentes, como en el caso de los países asiáticos exportadores (Corea sería uno de ellos) y algunos latinoamericanos bien posicionados como Brasil. Los fondos de renta variable españoles fueron los de peor comportamiento en 2009, con pérdidas notables. Su rendimiento en los últimos doce meses osciló entre el 18,6% (renta variable mixta euro) y el 71,9% (renta variable internacional emergente), según Inverco.
Fondos garantizados: Recomendados para conservadores ortodoxos. Como mínimo, aseguran la conservación o el reembolso de todo lo invertido a una fecha determinada, llamada vencimiento de la garantía. Si se cancela o reembolsa antes, puede perderse parte de la inversión inicial.
Algunos fondos garantizados no cobran comisión de reembolso cuando la cancelación tiene lugar en fechas prefijadas. Es lo que se conoce como ventanas de liquidez. Llegado el vencimiento de la garantía, estos fondos establecen o inician un nuevo periodo garantizado. El partícipe puede entonces decidir con toda libertad si continúa adelante con las nuevas condiciones, cancela o cambia de fondo. El último año se revalorizaron entre el 2,83% (garantizados de rendimiento variable) y el 3,28% (garantizados de rendimiento fijo).
Fondos monetarios: Para precavidos. La Ley de Instituciones de Inversión Colectiva exige que al menos el 90% de la cartera en renta fija de los fondos monetarios esté invertida a corto plazo (vencimiento igual o inferior a 18 meses). Sólo cuatro de los 95 fondos monetarios españoles registraron pérdidas en 2009, pero el 40% de ellos ganó menos del 0,8%, según Inverco. Entre febrero de 2009 y febrero de 2010, rindieron de media un 0,97%. No obstante, los expertos pronostican mejoras en el futuro, una vez que comiencen a subir los tipos de interés.
Otros fondos: Para espíritus intrépidos. Son fondos de inversión alternativa o fondos de alto riesgo, como los hedge funds (fondo de inversión libre), ETF (fondos cotizados), fondos inmobiliarios y otras modalidades. Los hedge funds cargan con el estigma de haber estado en el epicentro de la crisis financiera. La Comisión Europea ha anunciado que regulará su comercialización en la UE.