Los mercados financieros han dado ya su primer aviso: este año será en exceso volátil y con serios riesgos para los ahorros. Pero el peligro no procederá de la renta variable, sino de la fija: los bonos han caído con una virulencia inusitada (en torno al 6%), arrastrando a los fondos de inversión basados en este activo financiero. Durante las últimas semanas, el valor de sus participaciones ha sufrido caídas de entre un 4% y 7% en pocos días, en función de las carteras diseñadas por las gestoras. No obstante, los inversores todavía están a tiempo de frenarlo y proteger sus ahorros, siempre que sigan unas pautas de actuación. Como se explica en las siguientes líneas, las medidas deberán basarse en reorganizar sus carteras de fondos y adaptarlas a los movimientos que generan los mercados financieros.
¿Cómo proteger nuestros ahorros?
Son miles los pequeños ahorradores que han depositado sus ahorros en productos vinculados a la renta fija. Sobre todo los tienen en fondos de inversión, pero también en otros más sofisticados, como los ETF (fondos cotizados). La debilidad de los bonos implicará una caída aún más pronunciada en los precios de estos modelos para la inversión.
Para evitar estas situaciones, no habrá más remedio que actuar con rapidez para no verse inmersos en los procesos correctivos de los mercados. No será una estrategia difícil de aplicar: solo requerirá del seguimiento de una serie de consejos para preservar los ahorros en los momentos más delicados de este año.
Consejo 1: reorganizar la cartera de fondos
El primer objetivo de los ahorradores será cambiar sus fondos por otros más seguros que sorteen la inestabilidad en los mercados de renta fija, explican las fuentes financieras consultadas. Este proceso pasa por hacer una valoración objetiva de cuáles son más sensibles y traspasarlos a otros menos vulnerables: renta variable, monetarios, mixtos, alternativos, etc.
No tendrán ninguna comisión ni penalización y permitirán que los partícipes no tributen cuando el importe obtenido sea traspasado a otro fondo de inversión. Además, podrá hacerse de forma ilimitada, cuantas veces deseen los inversores, y en cualquier momento.
Consejo 2: reorganizar la cartera de fondos
En caso de que el ahorrador elija quedarse con un porcentaje de renta fija, se intentará que sean modelos flexibles en donde los gestores puedan ajustar los fondos en función de los movimientos de los mercados financieros y, de esta forma, preservar los ahorros de sus clientes, por encima de los modelos estáticos que son más vulnerables a las depreciaciones de los bonos.
Cada vez hay más fondos en renta fija que están confeccionados bajo esta característica. Además, no conllevan incrementos en las comisiones ni otras diferencias sobre otros fondos, sino que se rigen por los mismos parámetros.
Consejo 3: elevar posiciones en renta variable
Todos los análisis de los expertos indican que es la ocasión para rotar las carteras hacia la renta variable, con una mejor ecuación entre beneficio y riesgo en estos momentos. Se formalizarán traspasos de unos fondos a otros, en la proporción que estimen los ahorradores y en función de su perfil.
Otra alternativa es la contratación de fondos mixtos, que están repartidos por lo general entre renta fija y variable. Pero hay que tener mucho cuidado con ellos, ya que también pueden verse afectados por la evolución de los bonos, por su vinculación sobre el primero de los activos financieros.
Consejo 4: refugio para los ahorros
Si se opta por dar mayor estabilidad a los ahorros, la estrategia pasaría por desviarlos hacia fondos monetarios, añaden los expertos consultados. Su rentabilidad actual es prácticamente nula, pero al menos se habrá conseguido detener las pérdidas. Siempre habrá tiempo para elegir otro modelo más rentable.
Estos fondos son los más parecidos a los depósitos, con poco riesgo, pero con una rentabilidad, que en el mejor de los casos puede llevarlos hasta el 0,50%. En cualquier caso, no deben faltar en ninguna cartera, como protección ante los vaivenes de los mercados financieros.
Consejo 5: un toque de agresividad
Siempre hay oportunidades en los mercados financieros. Y el peligro que acecha a la renta fija puede ser la excusa perfecta para dirigirse a otros fondos con mayor potencial de revalorización (inmobiliarios, materias primas…), aunque supervisado por un experto en estos productos. El motivo es que son más volátiles y, en caso de producirse, las ganancias son muy importantes, aunque las pérdidas también.
Los ahorradores más defensivos pueden optar por reconducir sus inversiones hacia los depósitos a plazo, al menos mientras persistan las incertidumbres en los mercados de renta fija. No obtendrán una excesiva rentabilidad, entre el 0,25% y 0,50%, pero a cambio contarán con la seguridad de que recuperarán a su vencimiento el capital aportado más los intereses pactados.
Incluso hay ciertas estrategias para mejorar estos márgenes, si se suscriben las imposiciones que van destinadas a nuevos clientes, con incrementos de hasta medio punto porcentual en su remuneración y, en cualquier caso, eligiendo el plazo de permanencia que deseen, desde un solo mes hasta tres años. Sin embargo, es probable que esté penalizada su cancelación parcial o total.